Recojo el guante desde el otro lado
en trueque no escrito en nuestras vidas
más, me quedan, tus huellas doloridas
como pago agradecido de mi amado.
El ardor , un recuerdo censurado,
sujeto a etiquetas por las bridas
de una moral que lame las heridas
al resguardo de una alcoba, agazapado.
Y esperanza y desespero arriban
al libar tus recuerdos que no criban
a
una mente, que fluye, incandescente
Arrancarlos sería un sacrilegio
y prefiero vivir el sortilegio
de evocarlo, otra vez, frente por
frente.
Para la 1ª Convocatoria de Imaginante Editorial a Poetas Latinoamericanos. (Argentina).
No hay comentarios:
Publicar un comentario