viernes, 29 de agosto de 2014

Comillas


Desde altozanos
se dibuja el verde
con el mar al fondo
que la vista pierde
entre tus tejados.

Como Nacimiento,
cuando cae la noche,
yo mismo respondo:
qué bonito broche,
este gran momento.

Todas tus esquinas
me traen recuerdo
que yo mismo escondo,
por si acaso pierdo,
entre estas ruinas.

Dulce y verde villa,
la que me emociona,
la que, a veces, lloro
si me rememora,
mi linda Comillas.

En la lontananza
fluyen mil figuras
que, sin un decoro,
bailan con finura
tu querida danza.

Por tus callejuelas,
siendo yo muy niño
y algo sabiondo,
jugué al "que te pillo",
con tus muchachuelas.

Tu playa, preciosa,
recatada y mansa,
con suelo muy hondo,
la vista no cansa,
más bien, es grandiosa.

Yo fui un testigo
de esa carretera
que con toque sordo,
barrenaba entera
el peón amigo.

Cuando resonaba
el cuerno anónimo
con quejido sordo,
era el sinónimo
de mojar la espalda.

Era la manera
de salir ilesos,
con mar de trasfondo
y nadar, posesos,
entre la marea.

Hoy discurre lista
bajo la pradera
como un tirafondo,
como una madeja
feliz a la vista.

Está observada,
 desde la ladera,
por La Estatua, adusta,
del de la naviera
con su ilustre banda.

Es tu puertecito,
Muelle, en el argot
de tu gente justa,
es como un fagot
musicando un mito.

Si asciendes un trecho,
ves El Angelote,
que a todos nos gusta
que nos dé un capote
o, acaso, un lecho.

Allá, en lo alto,
La Universidad entona,
con su voz robusta,
en la hora nona,
rezos con encanto.

Salmos que recuerdan
lo que conocimos
con mucha finura,
lo que antaño hicimos
y que no se pierdan.

Frente al edificio
de este Seminario
que todo lo engloba,
esgrime El Palacio
su gran frontispicio.

Rodeado de prados,
bosques y de vacas,
el alma nos roba,
no sin alharacas,
tus muros hiedrados.

A tu lado, cerca
la Torre repara
que, Gaudí, otrora,
Capricho llamara
con razón muy terca.

Tu plaza obispada,
con fuente Tres caños
que su agua aflora,
años tras más años,
de niños bregada.

Esta plaza tuvo
asilada en ella,
su escuela modesta,
donde hizo mella
en quien la retuvo.

Antes estuvieron
en una casona,
en la carretera
de aquella zona
que mis ojos vieron.

Junto a Teléfonos,
cuando era niño,
ahora emociona
y siento un guiño
pues está ya lejos.

Las fotos, Colasa,
más lejos, helados,
antes, mi patrona,
al lado, pegados,
era nuestra casa.

Pasamos veranos
con sol o lluviosos
¡qué importa eso, ahora!
estos... son más sosos
¿será por los años?

Antes, estuvimos
en una casita,
recogida y mona
de una viudita
casi nietos fuimos.

La gran fortaleza
domina el espacio
a una cierta altura,
como si un palacio
se, a veces, creyera.

Coteruca llaman,
son zonas altivas,
los hombres de cuna
son los de Comillas,
los que la engalanan.

A socaire existe
un antiguo Castro
donde no hay hambruna
pues, no es mucho gasto,
si tu cuerpo insiste.

Recuerdo tu cine,
Telégrafos, bares,
tus norteñas brumas,
farmacia, hogares,
zapatera... ¡dime!

No olvido tu iglesia
de arenisca hecha
que, cuentan las plumas,
que aquí fue rehecha,
pues había amnesia.

¡Aquí no hay patronos,
pescadores, pobres!,
¡es Fuenteovejuna!
y, puede, recobres,
algún día tronos.

Tu Corro, bendito,
alegra la noche
de tu hora bruja,
poniéndole el broche
al café y churrito.

La Rabia, Campíos,
Ruiseñada embriaga,
todo junto aúna,
con Portillo y Playa,
todos tus dominios.

Lo mejor de todo,
es que, aquellas fraguas
nostálgicas, bellas
y, que entre tus aguas,
yo tomaba yodo.

No pienso en pasado,
volveré otro año
desde hace cincuenta,
y haré, como antaño,
tomarme un helado.


Presentado al X Concurso Literario Bonaventuriano de Poesía y Cuento corto. Universidad San Buenaventura  de Cali. (Colombia) 2014.

miércoles, 27 de agosto de 2014

La paloma


Si pretendes ser, paloma,
mi querida mensajera,
te daré agua y avena
granada en la misma era,
donde el palomar asoma.

Te cantaré a la aurora,
cuando partas, compañera,
con el sol en la pradera,
surcando el aire, intuyera,
de su importancia lectora.

Da igual quién es la captora
de la misiva que lleva,
da igual, que nieve o llueva,
cuando la luna sea nueva,
serás tú mi arrulladora.



Presentado al Premio Literario Internacional "David Mejía Velilla". Universidad de La Sabana. (Colombia) 2014.

lunes, 18 de agosto de 2014

Marcelo




Y cuando el sol empezaba a deslizarse sobre su órbita queriéndose esconder tras el horizonte, Marcelo, con paciencia y, sobre todo, fatiga de todo un día de faena en "la mar", comenzó a subir, lentamente, la red que colgaba por estribor, es decir, por el costado derecho de su mediana embarcación, de su "Sirena".
Algo le hacía presagiar, quizá su propia experiencia, que aquella red no pesaba lo que "debía". Había algo que, bajo la superficie de aquel agua, en calma, aliviaba, ostensiblemente, el peso de la red: poca pesca.
Sudando y con media colilla apagada entre la comisura de sus labios, siguió subiendo la red. Aparecieron un par de sargos juntos, como amantes que aceptan con resignación su destino, sea el que sea; poca cosa si eran las únicas piezas cobradas aquél día.

¡Un tirón! ¡Sí! Un "bicho" se debatía en la red para poder soltarse de ella ¡Y parecía grande! Aplicando un poco más de fuerza, consiguió subir más rápidamente la red; un último esfuerzo y una espléndida merluza intentaba, con sus últimos coletazos, desasirse del nylon que le aprisionaba sus agallas. Todo en vano. Marcelo esbozó una amplia sonrisa de satisfacción.

Presentado al I Concurso Historias breves "La mar y sus gentes". Letras con Arte, 2014. Escogido para Antología. Editado en Historias Breves "La Mar y sus gentes".


Alba



Alba, niña,
niña, quieta,
dormidita,
hormiguita,
chupa teta,
que te guiña.

Niña hermosa,
pequeñina,
¡aligera!
que aquí, afuera,
se avecina
"mucha cosa".

Papá, mamá,
los abuelos,
tíos primos,
¡cuántos trinos!
¡cuántos! ¡cielos!
no parará.

Conocerás
a más gente,
en sus brazos
¡qué latazos!
sonriendo,
te dormirás.

La niñita
de la casa,
de la abuela
¡no te amuela!
lo que pasa
es que tirita.

Y el abuelo
¡"ónde" estará!
cavilando,
rumiando
si te dará
un caramelo.

Alba, cielo,
princesita,
la primera
del "Pableras"
sobrinita
¡qué revuelo!

Bienvenida:
te aseguro
¡so preciosa!
una rosa
y, aventuro,
tu crecida.



Presentado al IV Certamen de Poesía "Amigos de Hacinas", 2014. (Burgos)

Pajarillo




Todos los días me trinas,
metido entre la hojarasca,
mientras mi mente se enfrasca,
en intentar unas rimas.

Por las mañanas gorjeas
dándome los buenos días,
entra las ramas sombrías,
donde lanzas tus corcheas.

Fijas tus ojitos vivos
en mi figura vetusta
que a tí, ya no te asusta,
pues no te he dado motivos.

¡Quédate, siempre en tu rama!
¡Sílbame tus dulces notas!
que, el corazón, abarrotas
y algún verso me reclama.



Presentado al II Premio Literario Poesía Villa de Oliete, 2014. (Teruel).

lunes, 11 de agosto de 2014

Poeta y Poesía



El poeta no pretende
con su rima amaestrar,
ni con versos acuñar,
lo que el lector no comprende.

El romance, sí trasciende
 a la sesera vulgar,
que prefiere este lugar
a aquél que no tiene duende.

Petulante, que defiende
rebuscadamente liar,
y a unos ripios de pajar
en himnos casi asciende.

Tierna poesía desciende
que nos hace tiritar
y hasta los huesos, calar
con la métrica que extiende.

Palabra que sobrentiende,
verbo para refrescar
conciencias de aparentar,
que todo vale y se vende.

Anhelo que se desprende,
como el néctar al libar
las abejas, sin manchar
el alma que se enciende.

Nostalgia que nos expende
bula para despertar
de un sueño sin arraigar
y que , el alba, le sorprende.

Ensoñaciones, reprende
si el poema acorralar,
cual cárcel de presidiar,
en celda nos aprehende.

Es lo simple, lo que emprende
y es más lindo innovar,
y la musa retozar,
con el fauno que la tiende.

El romance se distiende
y le vamos a amnistiar,
con tal, que vuelva a prestar,
el saber del que se aprende.

Rapsoda, vate, remiende
y haga disimular,
las faltas que hice al errar,
sin hache...se sobreentiende.



Presentado al XXXIII Premio Hispanoamericano de Poesía en Lengua Castellana "Diego de Losada", 2014. Rionegro del Puente (Zamora)

Hastío


Si yo a la vida no canto,
si yo a las flores no veo,
si el mar, apenas lo oteo,
si a las montañas desplanto.

Por qué no río, si puedo,
por qué no contengo el llanto
por qué, en el camposanto,
por qué en el mundo no creo.

Si yo a la gente no quiero,
si sus palabras no aguanto,
si sufro tal desencanto,
si "muero porque no muero".

Por qué permites mi llanto,
por qué tirito de miedo,
por qué, no me importa un bledo,
por qué, por qué, ya no canto.



Presentado al I Certamen Internacional de Poesía Márgenes Azules, 2014. Argentina.

La plaza de mi pueblo



Uniforme y coqueta, centro de reunión por antonomasia, guardiana de secretos inconfesables, celadora de besos juveniles con sabor a tierno. Conciliábulo de maduras criticonas de todo lo que les ocurre a los demás.
Tu iglesia, pequeña, acoge las casas, adosadas de cualquier manera, con tal de tener abrigo unas contra otras.
Por aquí pasamos todos a lo largo de nuestra vida.
Quedarás clavada cual bastión que anuncia con sus campanadas, la llegada o la ida de algún vecino, de algún paisano.
El señor cura atiende, lo que puede, a sus conciudadanos, alimentándolos en cuerpo y alma; al estilo, casi en desuso, del buen samaritano.
Es corriente verle deambular de aquí para allá; zascandileando, en un trajín excesivo para la feligresía que tiene. Pero es así, no para. Hace sólo un alto en su camino, si no hay algún difunto por el medio, después de comer. Café, carajillo y mus. ¡Y, por Dios, que no le falte!.
El alcalde es el de siempre y está en "su" ayuntamiento. Nadie sabe su color político, seguramente ni él mismo. Sea el que fuere, desarrolla su labor como buenamente puede o le dejan en la capital. Le quieren sus vecinos; sigue siendo aquél chaval que salió del pueblo para cumplir el servicio militar y aprovechó más el tiempo, estudiando "números" como solían referirse a lo que el muchacho estaba estudiando: contabilidad.
Y le sirvió para eso; para encadenarse, de por vida, al portal número uno de aquella plaza, mi plaza. Plaza que cada mañana no se cansa de mirar y remirar desde el balconcillo de su pequeño despacho. Es lo primero que hace cuando llega, por la mañana, al ayuntamiento; haga frío o calor; truene o nieve, todos los días del año.
¡Cómo no! mi plaza, la del pueblo, tiene su café; no podría faltar; ni la plaza sería tal si no lo tuviera.
Centro neurálgico de la vida de la villa en temporada fría. Recogedero de aburridos, jubilados, mozos que no han salido del pueblo, mozas en edades casaderas y, en fin, de todo ser que tenga un minuto de descanso, o de holganza, para acercarse y tomar lo que, según marque el reloj de la torre de la iglesia, se tercie.
Pintado de marrón, con chafarrinones en sus paredes, sirve tanto para el baile, más o menos vigilado, dominguero en época de hielos, como para festejar los escasos bautizos y comuniones que se celebran en esa parroquia.
Y el estanco, a la manera antigua, anunciándose con los colores de la bandera nacional; para qué cambiarlo si llevaba así tantos años, dice su anciana propietaria. Se fuma menos y ¡claro! al descender el consumo de tabaco, la octogenaria señora, reconvierte, con vigor inusitado el negocio, en bazar donde poder comprar sus "chuches"  los chavalillos de fin de semana o conseguir tal o cual producto, no corriente, de la ciudad a través de un sobrino suyo, conductor de autobús de línea que pasa por el pueblo; e intermediario de toda transacción, no pecuniaria, de la atareada abuela.
La plaza cuenta, además, con una pequeña fuente en el centro, que mitiga la sed de los que concurren al círculo formado por los bancos de su alrededor,; a los que parecen estar abonados los ancianos del lugar; quienes, casi con un ordenamiento prusiano, se exponen al sol el rato auto asignado y, una vez entrados en calos, como los lagartos, ceden el sitio a la tanda siguiente. No hay problema; hay sitio y tiempo para todos.
Completan el perímetro de la plaza, incluyendo, claro está, los establecimientos antes mencionados, sus casas.se adobe castellano que tanto calor dio a sus habitantes durante siglos; hoy, en desuso, adornan las fachadas con mamposterías de ladrillo; dando bastante heterogeneidad al estilo arquitectónico del sitio.
A los vecinos, les basta con que esté limpia, y para ellos, para mí, para los que ya no están, les sigue pareciendo la plaza más bonita del mundo; porque aunque se intentara ser imparcial, y se pudiera, otra plaza, no aportaría, a nuestros sentimientos, el bagaje juvenil de lo vivido y de lo sentido, durante años, en esta plaza.

Y seguirá el estanco con los colores que sean; y el café será repintado muchas veces y de mil colores, seguramente del que haya sobrado a algún vecino y las partidas de mus después de comer; a las que el señor cura no faltará, si puede; y el alcalde podrá seguir saboreando, desde el balcón consistorial, "su" plaza, nuestra plaza. La plaza de mi pueblo.





Presentado al III Concurso de Relatos Cortos "Plazuela de Los Carros",  2014.Torralbilla (Zaragoza).Editado en la Antología de este Concurso.

domingo, 10 de agosto de 2014

Presente



Cuando evoco, ahora, algo cansado,
retazos de momentos ya vividos,
se agolpan los recuerdos, no hay olvidos
de personas amigas del pasado.

Un pasado que es presente, anclado
en  memoria ancestral, son los fluidos
que alimentan mi alma con latidos,
al compás de un diapasón quejumbrado.

Vigorosos a fuerza de la Ciencia,
parecen renacer de sus cenizas,
los huesos que conforman mi apariencia.

Antaño parecieron hechos trizas,
hoy los miran , con gran benevolencia,
como a finas astillas quebradizas.



Presentado al II Concurso de Poesía "Alma de Poeta". Letras con Arte 2014. Finalista y seleccionado para la Antología II Concurso de Poesía "Alma de Poeta".

Realidades... Deseos


Pegados a los escaparates de las tiendas nos pasamos media vida; argumentando, con más o menos acierto, lo oportuno o inoportuno, en ese momento, de comprar tal o cual artículo.
Queremos tenerlo porque nos gusta, porque se lleva, porque lo tiene el vecino, porque... porque...
Son cuestiones casi siempre sin respuesta cuando intentamos auto convencernos de que "ese oscuro objeto de deseo", totalmente superfluo, nos es indispensable.
Incluso llegamos a hipotecar, en el sentido literal de la palabra, nuestra economía por ese capricho. También, es verdad, que hay caprichos y caprichos. Los pecados veniales nos los podemos permitir.
El vivir o no por encima de nuestras posibilidades, se ha convertido en "un mal de muchos, consuelo de tontos" y hace años que lo estamos pagando.
Así las cosas, anhelar objetos físicos, terrenales, no es potencialmente insano; al contrario, es un acicate que puede servir para aumentar nuestro esfuerzo en el estudio o en el trabajo; hoy más que nunca este último, quizás una de las mayores bendiciones que podemos tener la gran mayoría de la humanidad.
Todo dentro de su justa medida. El problema surge cuando medimos la justicia con vara alta porque afecta a nuestros intereses.
No sería apropiado decir que esta vida hay que pasarla como los anacoretas y miserablemente; nadie nos ha dicho tal cosa.
La  sociedad es la que es y a nadie podemos echar la culpa más que a nosotros mismos.
¿Habremos aprendido algo de nuestros propios errores? El futuro es mañana, pero hay que empezar a escribirlo hoy.
Cuando la Banca Internacional, permítaseme usar ese convencionalismo, se rija por intereses que no sean exclusivamente los crematísticos y  se dedique a fomentar no "obras sociales" al uso,  como en los tiempos actuales, sino a ayudar, por ejemplo, a los estudiantes menos favorecidos que siempre, por desgracia habrá.
Permitir que esos estudiantes puedan incorporarse a proyectos de investigación en los diversos campos de la Ciencia.
Cuando no nos importe el credo religioso del prójimo, ni su color, ni si tiene más o menos dinero. Cuando todos trabajemos en una causa común que, conlleve mejorar nuestro Estado y, como consecuencia, a través de los mecanismos internacionales, aportar ese "aire de cambio" que nuestra sociedad necesita para seguir respirando.

Cuando todo eso se consiga, alguien, con más capacitación que esta modesta persona, todavía podrá escribir un relato que comience pidiendo: "Deseo que..."


Presentado al I Concurso de Narrativa "Deseos". Asociación Letras con Arte. 2014. Forma parte del la "Antología I Concurso de Narrativa Deseos".






sábado, 9 de agosto de 2014

Rosal


Rosal que, con tanto mimo, cuido y protejo todo el año, abonándote y podando con esmero, con cariño; dándote el alimento que necesitas para que broten nuevos brazos verdes que, poco a poco, se tornarán vinosos poblándose de espinas.
¿Por qué, tras tu indiscutible belleza, proteges tus hermosas flores, cubriendo  los tallos con estiletes que laceran y hieren la mano, descuidada, de quien cortar tu flor quiere?

¿Es el "aviso a navegantes" para hacernos comprender que, quién te creó, quiso que pudieras ser contemplado entero, sin heridas ni cicatrices, en todo tu esplendor?.


Presentado al Concurso Miaqué Relatos Festival 2014. Porcuna (Jaén)

domingo, 3 de agosto de 2014

Labrador castellano



Con llagas del roce de la madera
que, al vaivén, hacia arriba y hacia abajo,
sin parar, ni un momento, en el tajo
la azada, a tus manos las hiriera.

Con la boina calada, sin visera,
y un sol de justicia sin atajo,
reverbera en tu cuerpo ¡qué carajo!
sudor que como ríos afluyera.

La mirada perdida, persevera
demoliendo un terrón con su hierbajo
y tu mente, soñando, cabizbajo,
con justicia social no bananera.

En el surco que en tu frente hiciera
la badana, cual espina, cual vergajo,
de tu boina retorcida por trabajo
parecido a otro surco de tu tierra.

Labrador castellano, refrigera
tu gaznate, lanzando escupitajo
a quien manda, sin saber, lo que es trabajo
de sol a sol picando en la era.


Presentado al XXVI Premio Nacional de Poesía "Conrado Blanco León". La Bañeza (León) 2014.