lunes, 21 de septiembre de 2015

Remojón



Pasó la nube plomiza
dispuesta a darme el día
descargando con porfía
su carga advenediza;
más se equivocó el celaje,
la nube estaba sola
y el sol, como una farola,
salió a secarme su ultraje.






Para el Concurso + Poesía. Ediciones De Letras. Poema finalista. Publicado en Antología.

Paseo dominguero




Caminaba entre aquellos rechonchos árboles del bosque cántabro, disfrutando de un día sin sol pero agradable para pasear por aquellos espectaculares lugares, mientras mis pensamientos volaban, acompañando, sin duda, al águila imperial que, sobre mi cabeza inspeccionaba su territorio, majestuosamente.
Algo pasó rozando mi cara y un manotazo al aire salió raudo de mis manos para quitarse de encima al inoportuno insecto. No acerté. Seguí unos pasos más y, otra vez, el insecto, rebotó en mi mejilla antes de estamparse contra mi nariz.
Y por segunda vez, no acerté. Iba a dar el siguiente paso cuando, mecánicamente, eché la vista al suelo y a pesar de mis carencias visuales, algo llamó mi atención. Me arrodillé y sobre una hoja seca caída del bosque caducifolio, el aparente insecto, permanecía aturdido. Pero me interesó su color azul turquesa y, con cuidado, lo acerqué para inspeccionarlo mejor.
A diez centímetros de mis ojos, contemplé cómo el bicho se desperezaba y se ponía de pie sobre la hoja. Elevó su cabeza hacía mí y con una dulce voz dijo: "¿Es que no se puede pasear a gusto por el bosque sin encontrarse con domingueros despistados?".

Y se fue volando. No sé si fue verdad.


Para el IV Concurso de Micro-relato Leonardo Barriada. Asociación Félix de Martino de Soto de Sajambre. (León).

Árbol caído



Arrastrando, a duras penas,
tu antiguo porte,
hoy te ves impedido,
casi yerto,
en el suelo de un pinar,
antes amigo;
y  que ahora, te deja un lugar
casi desierto,
en el que resguardar lo que tú has sido,
sin que a nadie, hogaño, le importe
el pasado de batir tus ramas llenas
de amor y de apacible abrigo.



Para el Concurso Internacional de Poesía El mundo lleva alas. Editorial Voces de Hoy. (EE.UU.)

Perlas verdes



Perlas verdes,
tornasoladas,
cambiantes, cromáticas,
de luces casi enigmáticas,
caen de tus ramas soldadas
a troncos, en los que pierdes
de maneras acrobáticas,
aquél vigor juvenil
que te creyó ser candil
y que quizás, no recuerdes.


Para la 9º Edición Certamen Literario La Pluma del Guirre. Asociación Cultural Alcorac 1968.

Maese Torbellino


Maese Torbellino,
quería alcanzar la Gloria,
jugando con la memoria
del vulgo, "jarto" de vino.

Vino, al ritmo electoral
a juzgar por la resaca,
con cierto olor a albahaca
o, simplemente, a berzal.

Depende de cada tipo
que cada escaño o banquillo
desprenda aroma o tufillo,
según su propio biotipo.

Y El Cid fue uno, indiviso,
adalid contra moriscos
de una España hecha a mordiscos
con singular compromiso.

Repeticiones al uso
sobran en estas hechuras,
que no están a estas alturas,
las cosas para un iluso.

Y es que la piel de cordero
sirve para lo que es:
para cubrirse los pies
o, incluso, el cuerpo entero.

Pero nada de careta,
pues, a nada que se frota,
el ancestro va y brota,
aunque cambies la chaqueta.

Observad, "vuesas" mercedes
que en esta vida mundana,
hacer lo que da la gana
es no llegar...o te excedes.


Para el XXXV Certamen Poético Internacional Francisco de Quevedo. Orden Literaria "Fco. de Quevedo".

Manjar de una tierra, al mundo



De la rama de un árbol pendes, suspendida, vigorosa, cual globo terráqueo prendido en un brazal del universo. Y es el tuyo. Que por la sangre de la tierra que te alimenta navegan los estigmas de tus paisanos, conquistadores, que conformaron y confirmaron la esfericidad del planeta; este Planeta Azul enorme que te acoge, por mor de tu fama, en todos sus rincones.
Aunque hay uno: tu origen, en el que esplendorosa, salpicas el verdor de las hojas que te esconden, paladines que intentan, vanamente, en salvaguardarte, para siempre, en tu rama.
Aún recuerdan, la explosión cromática ocurrida unos meses antes y que devino en parto múltiple; hijas de millones de fecundadas flores que, ahora, esperan con impaciencia el momento de ser escogidas para ser presentadas en el gran arco gastronómico mundial; proporcionando el pequeño y delicado placer a quien tenga la suerte de llevarte a su boca.

Y aquí, parafraseando a un poeta, llegará "desde la princesa altiva, a la que pesca en ruin barca..."; que no porque la boca sea más o menos cortesana, la picota roja oscura menoscaba su hidalguía conquistadora.



Para el V Concurso de Relatos Cereza del Jerte. D.O.P. “Cereza del Jerte”. Navaconcejo. (Cáceres).

Maravilla


Me iba de España en aquél largo tubo de acero volador; eso que los enamorados del aire dicen que no es "volar", sino trasladarse. Y no les falta razón, pues no dejan de ser hoteles celestes ambulantes.
Aterricé sin aportar más a los conocimientos previos que de él había adquirido. Un ligero recuerdo, al sobrevolar la pista de aterrizaje, a un inmenso Nacimiento de los que se ponen en mi tierra,  por el gran número de lucecitas de la noche africana.
Nos hospedamos en un acogedor alojamiento y nos dispusimos a descansar del largo día de esperas en aeropuertos. Había que madrugar. Una voz desde una mezquita invitaba a la oración de la mañana a los nativos y de despertador, con cierto tizne romántico, a los que pretendíamos visitar aquél misterioso país.
Desaparecía el verdor al ritmo que asomaban los colores terrosos del pre-desierto. A lo lejos, una eterna y ancha fila verde denotaba la presencia de una gran masa de agua.
Giró la carretera noventa grados y mi corazón ciento ochenta.

Dos pétreas estatuas impidieron, a mi atolondrado organismo, ubicarme durante un rato. Eran los Vigilantes de un antiguo templo, los Colosos de Menón.


Para el X Concurso de Relatos de Viajes Moleskin, 2015.

Aforismo


Los necios utilizan la expresión "ese hombre es bueno" para desprestigiarle cobardemente, cuando lo que quieren llamarlo es tonto.




Para el I Concurso Internacional de Aforismos. Cuponeta Ediciones. (México).

Retorcido




De entre la tierra arcillosa,
luchas con desigual energía
por lograr que esa simiente,
tierno tallo, lanza impía,
repte de noche, al relente,
buscando esa luz fogosa
que le dé soplos de día,
a través de un rayo, fuente
de calor y guía.
Y creces, leño retorcido,
como el clima requería,
áspero, duro, agreste,
al viento del noroeste:
frío, gélido, bandido
que roba la poesía
de una rama que quería
ser un madero torcido.



Para el I Certamen Internacional de Poesía El Amor y sus Raíces. Cuponeta Ediciones.  (México).

A unas piernas


Enmalladas en invierno
que con la primavera,
abiertas a eso que es la nueva era,
se atreven con gobierno,
a irse desprendiendo su decoro
y bajar tímidamente a una playa
planteando a la marea una raya
que limita el faldón, como un tesoro.

Y el frescor de esas aguas relajantes
que acarician pilares oscilantes,
invitan a la chica al olvido
subiendo el listón de ese vestido;
a la vez que se dispara el latido
de los viejos marineros, vacilantes
de enhebrar esas agujas tan punzantes
o chupar ese pitillo aún no encendido.



Para el Certamen de Poesía Rafael Maya, 2015. certamendepoesiarafaelmaya.blosgpot.com. (Colombia).

¿En paz el caballero?


Estaba cumplida la misión que se había jurado a sí mismo llevar a cabo. El sello nobiliario de su familia reposaba con los restos de su padre en la iglesia de Santa María de La Antigua.
Salió, tras un encuentro en la penumbra de la coqueta parroquia castellana consigo mismo; con su interior, como hacía años que no lo había hecho.
Con su mano temblorosa acarició la piedra blanquecina y fría del mausoleo de su progenitor y, sin mirar atrás, se asomó al exterior cegado por el contraste entre las tinieblas interiores de la iglesia con la atenuada luz de un día cubierto por densos nubarrones grisáceos que no paraban de despilfarrar agua a "esgalla", como se acostumbraba a denominar por ciertas zonas de la meseta al hecho de llover intensamente.
Montó sobre su caballo, calado el animal hasta los huesos y, al paso, subió por una calle empinada que le llevaba  hacia la parte más céntrica de la villa y en la que se apretujaban en unas cuantas callejas, un buen número de posadas y mesones donde poder echar un trago del vino de la tierra, bueno o malo, según la conciencia y honestidad del posadero.
Le apetecía beber. Necesitaba quitarse de su garganta el sabor acre que le acompañaba desde que había traspasado el portalón del templo. Necesitaba, con urgencia, beber lo suficiente para dormir dos o tres días y poder reemprender su camino. Un camino, esta vez, sin rumbo ni meta fijos.
Entró en una hostería de nombre igual a la estrecha callejuela en la que se asentaba: "El Laurel". Aparentaba ser la más fiable de las que había visto.
Pidió habitación para tres días que abonó por adelantado y bajó a ocuparse de su viejo amigo cuadrúpedo; luego se sentó en un taburete de una mesa del último rincón de la estancia.
En la mitad del primer jarro de un vino que saboreaba con una placidez que casi ya ni recordaba, reparó en una sombra, más que individuo, tapado con un sayo tipo Hermano Mendicante o parecido que, aunque pretendía pasar con una actitud distraída, inadvertido, de vez en cuando, le miraba unos instantes con la expresión de quien pretende extraer la mayor información posible de lo  que observa.
No lo dio mucha importancia al principio ya que de ninguna manera alguien podría estar interesado en él y, por otra parte,  aquél individuo no tenía trazas de ladrón o algo por el estilo. Sus ademanes más bien le conferían cierta compostura de persona educada y de posición más o menos, señorial. Le intranquilizaba, el porqué de aquél disfraz.
Pero había algo que le resultaba familiar en aquella figura. Su fisonomía no lograba llegar a atisbarla totalmente; pero en los gestos y maneras de comportarse llevaban el aire de algo ya conocido.
Apuró la primera jarra en estas disquisiciones y, de alguna manera, jugando al ratón y al gato con aquél extraño personaje. Que cada vez  era más indiscreto a la hora de mirarle; aunque en honor a la verdad y casi seguro ayudado por los efluvios etílicos él tampoco disimulaba sus miradas hacia el misterioso "fraile", como a esas alturas de sus pesquisas, le catalogaba.
Hasta ese momento, en el cual, un ligero movimiento del personaje hizo que su especie de hábito dejara al descubierto una labrada espuela jalonando su talón derecho; lo que le produjo un respingo al darse cuenta de que lo que tenía allí frente a él, por mucho que lo quisiese disimular, era un caballero como él.
Cuando volvió a mirarle, éste había desaparecido. Quiso salir a buscarlo, pero desistió. Bebió. Mañana...


Para el II Concurso de Relato Románico Digital. Fundación Santa María la Real.  Y www.romanicodigital.com. Aguilar de Campoo. (Palencia).



Recuerdos e ideas


Pandilla de amantes de darle a la pelota con la parte del cuerpo totalmente antinatural aunque hoy haga euforia, os encontrasteis sin querer entrar en la historia como lo que era: una disyuntiva y elegisteis la que sumaba. La elegante. La que de dos se hacía uno mejor.
¡Ya es buena voluntad! Los dos equipos de campanillas de una ciudad pequeña, dejaron a un lado sus resquemores, su rivalidad natural, por el bien de esta villa; la nuestra, la de Castilla.
Y combinaron colores para que todo fluyera en pos de esa armonía; haciendo un juego cromático y hoy, desde luego, emblemático, extendido por mor de un buen talento, a otros equipos de otros deportes que también representan a esta ciudad. Albi morados,  mucho más reconocidos por blanquivioletas.
E hicisteis historia, en la que hoy, pomposamente, se auto proclama como la mejor liga del mundo...¡Ahí es nada!
Y de jugar en un recinto, casi taurino, que uno ya conoció como un mero solar, os trasladasteis a aquél inolvidable y coqueto "José Zorrilla" al que se accedía desde el Paseo de su mismo nombre.
Por allí coincidisteis con las estrellas de la época; y de aquí salieron algunas que brillaron con luz propia ¡Y qué época!
Nostalgia de niño, cada vez que recuerdo los partidos  vistos desde "La Tribuna"; que no era otra que una habitación del torreón donde vivíamos y que se veía, divinamente, todo el césped...
Y como todo crece y se desarrolla, esta ciudad se hizo grande; la hicieron. Y el campo se hizo escaso para tanta gente como asistía a veros cada quince días. Y os llevaron fuera de ella. Sí, sí...entonces el actual estadio, para mí mal llamado "Nuevo" José Zorrilla...sobra lo de nuevo...estaba lejos.
Pero todo es acostumbrarse y la ciudad siguió creciendo y hoy casi os abraza y recubre con su manto...
Y pasa la vida, como la famosa sevillana nos canta y los tiempos cambian. Y aquél viejo refrán de esta Castilla que nos dice: "Poderoso caballero es Don Dinero", apostilla que  conseguir una buena plantilla además de por talento, cualidad innata, es cuestión de monedero; y está en desuso. Hoy hay que tirar de talón y eso, el mundo occidental en el que nos movemos, crematístico porque así lo hemos querido, tasa a los grandes jugadores en unas cantidades sólo al alcance de una decena de equipos de este planeta galáctico...venido a menos.
Las conclusión es ambigua. Ambivalente. Vemos, desde el punto de vista atlético - espectáculo, el mejor fútbol desde su invención. El peaje es si esto es deporte o no. Si el equipo es lo que la palabra quiere expresar.
Cantera. Palabra acuñada por cada ciudad y aunque hay cierto atisbo de volver a los inicios, está supeditada a los fichajes, en muchos casos sólo de nombres, sin tener mucho en cuenta, no por quien los siguen día a día, sino por los dueños de los "cuartos" de los hombres que se parten el pecho, por esos campos de Dios, con una camiseta que la sienten desde que nacieron.
No seré yo quien niegue que la magia sea exclusive de una región, ciudad, comarca...es universal y, como tal, está repartida por todo el mundo. No seré yo quien niegue la capacidad jurídica de las sociedades que arriesgan su dinero y compren los mejores jugadores si, por su capacidad económica, pueden hacerlo.
Pero dónde está aquella romántica idea de balón cosido de cuero, borceguíes casi de media caña, barro hasta en el paladar y una mano de un adversario que se vuelve hacia tí porque en el choque entre ambos tú te has quedado tendido en el suelo... ¿Será que ese acto quedó prisionero del talón que se firmó?
Convendría, a quien pueda interesar, tomar buena nota y parar a pensar qué es lo que queremos que sea nuestro fútbol; sabiendo, de antemano, que en este mundo global, todo está teledirigido siempre por algún estamento más poderoso incluso que el del propio Estado ¿Cuál? El que sea. En cada apartado social, económico o deportivo, siempre hay algún poder, más o menos oculto, que dicta las normas para la mayoría de los países.
A lo mejor es esto, por lo primero que deberíamos empezar; eso sí, lejos de chabacanadas altisonantes de políticos recién llegados, de salva patrias, ungidos por rancios ecos de ideologías trasnochadas y reivindicadores de transparencias que ellos no están dispuestos a... soportar.
Nota al margen: pretenden "meter mano" al fútbol....¡la terminamos de jorobar!.

Nostalgias...


Para el II Concurso Literario Blanquivioletras. Asociación Cultural Free Media.  Valladolid 

domingo, 20 de septiembre de 2015

Se me pasó la edad



La frase, bien pudiera ser el título de una canción escrita y cantada por Alberto Cortez, en los años setenta. Ignoro si existe una canción con ese rótulo, pero, no me cabe duda, que bien merecía que existiera.
Es cierto que hay multitud de dichos y refranes en los cuales "no importa la edad" para llegar a poder realizar determinadas actividades; sí es cierto, que, los años cumplidos, pueden resultar un hándicap para una variedad importante de ocupaciones.
Evidentemente las actividades físicas, en este sentido, son las más perjudicadas normalmente.
Resulta de una evidencia científica que la vida se alarga por décadas; lo que hace que tengamos un período post-laboral cada vez mayor y necesitamos mantenernos ocupados con algo más que no sea ejercer de "agentes de bolsa" cuando nos acercamos al supermercado más cercano a por la barra de pan diaria. Los que, a estas alturas de la crisis, se lo puedan permitir.
Y me parece estupendo fomentar cualquier tipo de actividad desde los municipios y entidades estatales dirigidas para esos "viejos jóvenes" que cada vez van a ser más.
Esto nos llevará, indefectiblemente, a otras situaciones nuevas; no vividas hasta ahora por nuestra sociedad.
La primera es económica ¿Podrán los "jóvenes" soportar con su trabajo el "desempleo" de tanto jubilado? ¿Se encarecerá la vida en función de la premisa anterior? ¿Habrá más diferencias sociales por culpa de la cuantía de las pensiones, según el estatus alcanzado?
El Estado, en su función paternalista que en cierta medida ha de tener, debe proteger los intereses de la mayoría de los ciudadanos; parece una verdad de Perogrullo, pero no siempre se cumple y, a veces, se puede cumplir. Cuando el dinero entra en escena, los sueños pasan a un segundo plano, éstos sólo se pueden llevar a cabo contando primero el cash, palabreja muy de moda,  de la bolsa, no el de La Bolsa, que también, sino el que llevamos cosido aún a una histórica faldriquera que muchos, aún llevamos zurcido en nuestras mentes. Uno de los últimos vestigios que aún pululan entre nosotros de nuestras queridas abuelas.
Y es fácil caer en lo utópico. O de trasladar al terreno de la utopía aquello que no se puede hacer por falta de "cuartos".
Y los cuartos hay que gestionarlos bien; primero crearlos, mediante el ahorro colectivo y luego, con cabeza, administrarlos y teniendo siempre en cuenta que los que lo hacen son trabajadores por cuenta ajena; son empresarios cuyo capital no es suyo. Tuve la oportunidad de tratar en mi vida profesional con uno que decía "el dinero en el cajón", refiriéndose a que todo lo que no esté en la buchaca, más vale no contar con ello hasta que lo esté realmente; si se hace, es fácil caer en el famoso cuento de "La Lechera", y así nos ha ido...
Volviendo al tema original de este escrito y dando por sentado que la vida se alarga gracias a nuestros científicos que, de una manera callada, trabajan en los escasos y maltrechos laboratorios de este país antes llamado España, el caso es que no se puede negar que hay determinadas actividades o situaciones que, indefectiblemente, van unidas a la edad.
No me refiero a actividades físicas en sí, que se podrían llegar a acompasar a la edad que vamos cumpliendo incluso en el terreno profesional; sino a que existen profesiones en las que la forma física aporta un gravamen adicional.
Por ejemplo: la carrera militar, en sus diferentes segmentos de estudios. A nadie se nos pasa por la cabeza ver a un "vetusto" sesentón, mandar a una sección de reclutas, y más de los de hoy en día, al grito rítmico del ¡Un! ¡Dos!..¡Firmes! ¡Ar! enseñándolos la instrucción. Son imágenes de un celuloide en blanco y negro, incluso en color también, que ni un servidor, con sus años, llegó a ver con plenitud cuando cumplió su servicio militar como "voluntario" cuando era obligatorio.
Y para esta profesión, con la que he mantenido un amor platónico desde que nací, es para la que se me pasó la edad. Primero porque no estudié lo suficiente; no tengo excusas. Y luego por una ley que, modificada, aún está entre las condiciones de ingreso en las diferentes Academias de nuestro ejército;  las dioptrías. Hoy, en algunas de esas Academias, no son obstáculo si han sido operadas convenientemente; no en todas. Para ser piloto militar, un sueño dorado que, en mi caso, se desvaneció con nueve años en los que mi vista reconoció que no veía tres en un burro, sigue en plena vigencia y es un impedimento para poder ser aviador aún, incluso, habiendo sido operado.
Choca, en plena era informática, que aún sea un impedimento en nuestros días, cuando desde un caza de los actuales, visualmente, se observan pocas cosas, dada la velocidad de esas máquinas...todo es a base de radares y aparataje, repito, informáticos, que, eso sí y de momento, son supervisados por un ser humano al que se le requiere tener unos grandes conocimientos para manejar tales bestias; unos de tipo intelectual, como son los que pertenecen a los aspectos técnico-académicos y otros con los que se nace, aunque se depure el método, y es lo que en el argot se conoce como "manos"; y eso es un don que no todos los pilotos tienen.
Además, me tocó pasar la época en la cual se creyó que se iba a "profesionalizar", vaya palabrita, más el ejército trayendo a sus filas a "cerebritos", tuvieran o no vocación auténtica, de ser militares y esa es una impronta que, como lo que decía en el párrafo anterior, sobre las manos, no se adquiere; se trae de casa ya puesto.
Había una canción de mi juventud, que decía: "No tengo edad"; pues eso es lo que me pasa, hace ya largos años, a mí con el ejército.
Si pudiera dar marcha atrás ¿Qué haría? Con el bagaje acumulado en mi vida, conociendo a día de hoy lo que ha sido mi "futuro profesional", probablemente seguiría con la morriña de no haber podido ser militar. Esa parte profesional ha merecido la pena haberla hecho de "seglar"; he tenido la oportunidad de conocer a grandes compañeros y amigos que , de haber ido mi vida por los derroteros castrenses, me los hubiera perdido. Cierto es que tendría otros, pero para mí son anónimos y a éstos, me los conozco bien. No los cambio.
Como la vida se ha alargado tanto en expectativa, es posible que volvamos a ver a mucho militar entrado en años ejerciendo una vida profesional que se enriquecerá, sin duda, de la sabiduría que emana  de los "viejos"; aunque, eso sí, el ¡Un! ¡Dos! ¡Media vuelta! ¡Ar!, por Dios, que siga estando en manos de los profesionales más jóvenes por el bien de todos.
¿Alguien se imagina la marcialidad, no necesariamente prusiana, que conlleva una formación militar, salpicada de artríticos, dicho con el más profundo cariño, desfilando? Aunque sólo sea por estética y, por qué no, por liberar a los sesentones del desfile, que no llegue a ocurrir tal cosa; a pesar de que nuestros hijos, los hijos de los de mi generación, se empeñen en repetirnos que llegar ahora a los sesenta  es como cuando sus abuelos, nuestros padres, cumplieron cuarenta. Y yo digo: ¡Y un jamón! Aunque puede que sea verdad.

En cualquier caso, se me pasó la edad, o el arroz...de tanto usarla...


Para la I Edición de Narrativa Breve "Cristina Tomi", 2015.

Las tardes


Pasan las tardes lentas, cansinas; como si tuvieran la intención de jorobar  a uno la vida; como con mala leche. Te miran y te dicen que ya has comido; lo cual hoy en día, es tener suerte en muchos casos. Y ahora, que anochece tarde, tienes tiempo para poder aburrirte hasta la saciedad...
Y entonces tú que utilizas lo que buenamente puedes y sabes tus escasas células grises, dispones un plan; y éste no es otro que echarte la siesta ¡Una magnífica idea!, si no fuera porque basta que quieras una de esas que llamamos "de pijama y orinal", por aquello de "quemar" el mayor tiempo posible y te acuestas en la cama esperando ese punto de inflexión en el que, una vez traspasado, ya no existe nada más durante un tiempo moderadamente aceptable.
Y lo esperas, como de costumbre; y resulta que el azar, ese día  dispone de otro objetivo para ti; y no es otro que en ese momento, al destino, le importas un carajo y, simplemente, no acude a su cita.
Das una vuelta y esperas. Otra y otra más y sigues esperando con paciencia ése momento plácido de abandono total. Pero no llega. Simplemente, no ha querido acudir a su cita contigo. ¿Se habrá largado con otro?
¡Mala suerte! Una ducha te devuelve a una tarde perezosa que, sin una ocupación concreta, se hará eterna...
Atardece; lo cual es una buena nueva para quien su mayor ocupación es intentar planificar las largas horas de asueto de las que tiene al día...e intentar rellenarlas de actividad, con lo que sea...

La cena  marca un "impasse"... ¿Qué ocurrirá mañana a la hora de la siesta?


Para el XI Concurso Literario Bonaventuriano de Poesía y Cuento Corto, 2015. Universidad de San Buenaventura Calí y Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Escénica (CINOE). Calí. (Colombia)

Una copa más



Es la diferencia. Límite entre la sensatez y la locura; entre el placer y el desagrado. Entre el sentirse bien y  la resaca mañanera que deja un cuerpo baldado.
Una copa más es la calidad o lo vulgar; lo divino o humano, el paladar educado o el tragacantos sustituto de chicle de barraca de feria.
Una copa más permite , revelarte  que esa sí es la última, pero señorial, te deja despedirte de esta vida con dignidad; no como ¨las otras" que te dejarían tirado en una callejuela de  cualquier ciudad, pero sin nadie a tu lado.

Una copa más...



Para el 5º Certamen "Picapedreros" de Poesía, Micro-relato y Guión para escritores en Lengua Española. La revista ‘La Oca Loca’ (www.revistalaocaloca.com), con la colaboración de la Asociación Aragonesa de Escritores, Asociación Aragonesa de Amigos del Libro y Cruz Roja Española. Daroca. (Zaragoza).

Labor



Un camino, serpenteante,
siguiendo una estela irreal,
desfilaban, cual Guardia Real,
una hilera abundante
de hormigas, negro costal,
carbonera agobiante
de un trajín casi brutal.

Laboraban bajo un cielo
brumoso por el calor
que, sin pizca de rubor,
se desprendía del suelo,
en sibilino rencor
con el pobre entresuelo
del pinar abrasador.

Y marchaban cual legiones
en etapas de campaña,
en busca de alguna alimaña,
que, en noche de defunciones,
hubieran sido la hazaña
de lobos o de glotones,
o bichos de esa calaña.

Y el plano sol, justiciero
no lograba disuadir
al hilo negro "zafir"
que, sin pausa, a su hormiguero,
intentaba confluir,
con más o menos salero,
aquél bocado... elixir...



Para el 5º Certamen "Picapedreros" de Poesía, Micro-relato y Guión para escritores en Lengua Española. La revista ‘La Oca Loca’ (www.revistalaocaloca.com), con la colaboración de la Asociación Aragonesa de Escritores, Asociación Aragonesa de Amigos del Libro y Cruz Roja Española. Daroca. (Zaragoza).