jueves, 12 de noviembre de 2015

Democracia lacónica



Es el núcleo duro, primordial, del concepto democracia. Isonomía es lo puro, lo no maleado; esencia de democracia; máxime tras el correr de los siglos buscando apostillas a la palabra, adulterando el propio vocablo.
Y la mujer, como es natural, entra en la rueda. Pudiera parecer mentira que hubiera distinción entre los sexos; pero ahí estaba y, mal que nos pese, está..
Hoy, a diferencia de generaciones anteriores, a la nuestra no la extraña; es más, considera lo "normal", tener de compañera de trabajo a una mujer ¡Faltaría más! Mi propia experiencia, y es larga, me dice que son no sólo las mejores compañeras, sino las que con más dedicación se aplican en sus tareas. No recurro a estadísticas, pero seguro que los tiros, los ficticios, van por ahí.
Distinción de sexos ¡Claro! Morfológicamente somos distintos. Por pura selección biológica el hombre se ha ido conformando, a través de las eras,  para ser el depredador que está en la cúspide de la cadena alimenticia. Es historia. Su desarrollo está modelado para esa función.
Al margen del rol de la mujer durante la prehistoria y, posteriormente, en los albores y tiempos pasados de la historia, de la que no podemos renegar ni para bien ni para mal, ha llegado la hora de dar un vuelco y volver a la verídica leyenda; y en ello debemos y estamos obligados a trabajar. Por cierto: mal camino el de la cuotas. No hemos entendido nada...




Para el IV Concurso de Relatos Cortos Isonomia: Mujeres y Educación. ACENCS

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