jueves, 6 de agosto de 2015

Mujer de otro tiempo



Naciste en cuna señorial,
de linaje, aristocrática,
ajena a hazaña mediática
más postrera y vocacional.

Fuiste niña juguetona,
traviesa, titiritera
a lomos de esa grosera
novela, color Tizona.

Tus andanzas buscan laureles,
intentan hacer camino
con hermano, buscas destino
y luchar contra infieles.

Más, no será así tu futuro,
el Destino te esquiva
y te mantiene cautiva
en una celda, con muro.

Es un aviso sucinto
que el cielo envía, Teresa,
es el Cielo, que te besa,
que visita tu recinto.

Y casi con suerte, por chiripa
descubres otra faceta,
la vida como una asceta
que tus reparos disipa.

Te lanzas a la aventura
fervorosa, monacal,
con una fuerza vital
que no tiene tu figura.

Es, sin duda, inoculada
por una fuerza divina
dulce y fuerte que domina
tu voluntad azorada.

Pero tu tesón , tenaz
hace que el camino andes
y con tus pasos, agrandes
tu labor, más eficaz.

Te visitarán visiones
escalofriantes, viles,
que te herirán cual buriles
tallan a tus procesiones.

Otras, más místicas,
portaron a tus escritos
versos como ramitos
de chiribitas artísticas.

Y la vida que elegiste
quiso poner  por modelo
la reforma del Carmelo;
con tu perfección, hiciste.

Más la Iglesia se rebela,
aunque sea de puntillas,
formando algunas capillas
que a tu mente traspapela.

Y te vas, marcas distancia,
dejas solas a tus monjas,
no escuchando las lisonjas
de boca, sabor a rancia.

Y ya no paras Hermana
de fundar más monasterios
diecisiete, cual misterios
de un rosario de semana.

Sólo un juez austero y frío
termina con tus trasiegos
y vuelve tus ojos ciegos,
aquellos con tanto brío.

Solo puede con tu talle,
tu alma seguirá intacta
y en los hombres se refracta
tu vagar de calle en calle.



Para el Concurso de Literatura V Centenario Santa Teresa de Jesús. Las universidades Católica de Ávila, San Pablo CEU, Cardenal Herrera CEU, Abat Oliba CEU, Universidad Católica de Valencia, Francisco de Vitoria y San Jorge de Zaragoza.

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