Comienza el curso. Primeros de
noviembre. La veo. ¿Qué me pasa que no pego ojo?. Navidades. Sale con otros.
Soy invisible. Curso aburrido. Domingos de misa de once en los Carmelitas y
gabardina larga para el paseo por el "tontódromo". ¡Hola!,
¡Adiós!. Semana Santa: Valladolid, procesiones. Vuelta a clase. Verano.
Desastre académico. Clases con "Ulises". ¡Piscina!...
Dije ¡Piscina!. Me lo presentaron: José
Ricardo, el hijo de "Ulises". Formamos un trío: José Ricardo, Tino
(Tin, para Pili, su madre), y yo. Y venga piscina. Y me presentaron a
"Marilín”, (que no era la perrita más lista del mundo, no). Y también a
Marisa Izquierdo y a Pili Losantos... y, por supuesto, a Cristina Ramírez,
aunque iba poco a la "pisci". Y a Isabel Biurrun y a Tito Barreno, y
a la hija de Lafuente, ¡maldita memoria!. Y a Javier Roy, todavía
"Manín" era pequeño. Y a Pili Parés. Ya conocía de ese invierno a
Alfonso Lanza y su hermana Chus, así como a Javier y Mar, hermanos de Agustín,
y todo el día en casa unos de otros. Y a Eliseo Pérez López "Eli",
hermano de nuestro Edu. Y al resto de los Subrás "mayores": Beatriz y
Joselo. Y cómo no, a Toño Maimón, fallecido ya hace años y a quien me encontré,
por última vez en el Metro, en Madrid. ¡Y qué verano!. Y Javi Ascarza,
personaje donde los haya, siempre de buen humor. Y Ómnibus de ida y trenes
de vuelta. Ferrobús de las nueve; salto de vallas. Eterno verano, eterno
Recajo. ¡Por cierto!. Era invisible.
Y llegó septiembre y mismo curso y
nuevos compañeros; en general mejores o es porque uno era "mayor".
El insustituible "Chechu", extraordinario
compañero y amigo, con el único defecto de ser del Barça. Y "Chiqui"
Santarén, ¿llegaría a alcanzar ser piloto de aviación?. No he vuelto a saber
nada de ellos. Ni de Collado, ni del resto del equipo de fútbol, "Los
Cañeros", con su camiseta, roja y negra. ¡Qué buenos éramos!. ¡A la altura
de "Los Popeyes", que tenían a los Rituerto, Viguera, Labarga, Cenicero...
¡joder!. Mejor curso. Tino se fue al "Insti". Eso le hizo mayor.
Fue mejor invierno. J.R. y yo continuamos saliendo todo el curso; poco a poco,
Agustín se desvinculó. Es el curso 69-70. Domingos de misa en los
Carmelitas y por las tardes, castañas asadas o churros de "Trevi", a
veces, obleas con miel, de un sótano de la Avenida de Navarra, frente al
colegio de las "chicas". Y Semana Santa...Valladolid...Preciosa
Sangre...procesiones. Fin de curso. Grupo de reválida "colgado".
Clases con "Ulises", todo un clásico...lo que le debo...
También estaba Ricardo Bustamante y como
si fuera de aviación, Carlos Comunión, que, mira rima y todo. El Gran Carlos. Y
de los "mayores" Las Roy, algunos Barreno, Ana Ramírez, un encanto;
su hermana Marisa, "pelín" mayor que nosotros. Para quien lo
entienda, el "Queayhola", jejeje; los Corujedo, Losantos;
Alonso - inciso- extraordinaria familia; Arturo y Robert y
"Murillín", como alguien le llamaba; para mí "Murillón".
Una auténtica buena persona. Y no desearía dejarme a nadie. Alrededor,
pululaba, aunque poco y por la piscina, básicamente, Margarita, amiga de María
Subrá y bastante "fea" (todo lo contrario), por cierto. Y ese
ómnibus puntual a las doce, que nos trasladaba al Paraíso de Recajo y del cual
salíamos de estampida al Pabellón de Oficiales, de verano, para terminar, antes
de que llegaran nuestros padres, con los pinchos de tortilla de patatas.
¿Recordáis?. Y las partidas de ping-pong, y los "saltos de
trampolín", y los baños y el "por allí resopla", que no comentaré
por respeto; y "La vache qui rit" o "Il Natatore", que
tampoco comento, pero que tenía un bañador color....¡mostaza!, si, si, es una
pista. Y recuerdo a una señora, que no diré su nombre porque soy un
caballero, que se ponía, a modo de pañuelo, unos gayumbos de uno de sus
hijos... eso sí que era la España profunda... Y recuerdos... todo
recuerdos. Y las canciones en el autobús. Tres, sobre todo, dirigidas por
Javier Ascarza: "Per meterse el dediche..."; "...mosquitos
trompeteros...." y "Epa, epa, epaipé..." o algo así. Genial.
Javi, nos las tienes que escribir en el foro. Lo he soñado.
Y de las
peleas en la piscina chicos, contra chicas; y el "momento cambio" de
bañador en el vestuario de los chicos y a alguien, normalmente Manín, en el
momento crítico se le ocurría cantar aquello de "Como dijo
Salomón....", y así, había que ir botando hasta el agua.... Y, por
supuesto, los partidos de fútbol, frontenis, pelota, etc. en aquél
"polideportivo privado". Pero sobre todo, aquellas encantadoras
tardes de Recajo, "solos", hasta la hora del ferrobús. Y los momentos
Ebro, tanto internos, como los de nuestras "incursiones" a la granja,
como externos, cuando pretendíamos hacer aquellas cabañas en las choperas del
rio. Y la avioneta, del "Exquisito", lamento no acordarme ya de su
nombre. Y de Álvarez y Pereira, extraordinarios profesores de educación física,
de los que aprendí, la diferencia entre Gimnasia y Educación Física. ¡Querido
Recajo, cuántos recuerdos!. Un verano, hasta nos contrataron para recoger
zanahorias; nos comimos, muchas; trabajamos, más bien poco, y nos pagaron bien.
¿Qué más se puede pedir?. Y las maniobras con los paracaidistas franceses.
Agustín y yo en la Torre de Mando, como intérpretes; menos mal que el cabo
francés parecía del mismísimo Valladolid. Últimamente....sueño mucho.
Y seguimos
domingo, tras domingo, entre misas, castañas, churros, obleas, algún emparedado
del Cibeles o del bar de Sindicatos; tontódromo arriba, tontódromo abajo. Y
Navidades...y el belén al lado de La Redonda y una voz cantando villancicos por
la megafonía, que me ponía los pelos de punta... Paquito... Y otra Semana
Santa...Valladolid... procesiones y vuelta... y primavera, y nervios por
todo... Yo ya era consciente que, de alguna manera, siempre sería invisible...
Puede que fuera el curso 70-71. Si fuera así, nos esperaba un verano
movidito...
Y el verano se
avecinó, ¡vaya, si se avecinó!; vino de Venezuela y era "la Prima
Angélica! o “angelica”, que prima; se llamaba Yahaira. Y, con ella, llegó el escándalo.
"Las fieras de mis niñas", se levantaron en pie de guerra, ante tal
bellezón, y, sobre todo, al derroche de babas que había a su alrededor. Tuvo
hasta una canción que algún "juglar" o "juglares" la
compusieron con la música del "Tú y Yo", de Karina.... que también
son ganas....
Empezó con una
simple pregunta... ¿Tú llegaste a ir al Borgia? ...me dormí... soñé... Fuimos
una tarde de sábado creo que de comienzos de verano. Era la primera vez que yo
iba a una "discoteca". "J.R.", tenía algo más de
experiencia pues, alguna vez, había ido al famoso "J&J", en
Madrid. Creo, si no recuerdo mal, que era de un primo suyo... Por supuesto que
también estaban "nuestras chicas"... y bailamos... suelto... Ante mis
ojos apareció un ser absurdo, ridículo, torpe, soso y con todos los
calificativos habidos y por haber...y....me dio la risa... lo siento...
"JR" que bailaba, muy propiamente y poniéndole gran entusiasmo,
situado casi frente a mí, al verme reír se acercó y, casi a gritos, preguntó el
por qué de mi risa. Le señalé el sujeto semi- acalambrado, objeto de mi mofa y
al bueno de José Ricardo casi le da un patatús; muy cerca de tener que ser
atendido médicamente, pues el cubata decidió irse por el camino equivocado.
Cuando, el pobre se recuperaba, en un hilo de voz, me dijo: ¡pero si eres tú!.
Era un espejo que las luces disimulaban. Me senté. Hasta hoy. No sé si podré
volver a conciliar el sueño...
Y recuerdo las
personas... "Tolo", un icono
de las salidas de clase del colegio o del Espolón. Y los domingos de fútbol en
Las Gaunas. Preferente, primera fila, fondo; con "Chechu" y Luis
Collado, entre otros. Y las iglesias: La Redonda, Santiago, San Bartolomé... el
Corpus Christi, que cada año, alternativo, desfilaba Artillería o Aviación,
cubriendo la carrera a lo largo de la procesión, el Arma que no desfilaba...
pero eso es para saberlo... Y los bares, los nuestros : Cibeles, Amazonas, Armstrong....
Duaso, qué tortillas picantes más ricas...Mari Carmen era amiga de mi hermana
Paloma. Y los sitios... esos que son especiales por los recuerdos y
sentimientos percibidos en ellos, y que se quedan, imborrables, en la retina y
en el alma. Somos privilegiados... vosotros más porque lo habéis seguido
disfrutando.
Pues Señor,...
resulta que en verano, y el resto del año también, puesto que forma parte del
protocolo militar diario, a la una y media del mediodía se pasaba a la
autoridad establecida, normalmente el Coronel, o, en su defecto, Teniente
Coronel, una muestra de lo que la Tropa iba a degustar en la comida de ese día.
Ni que decir tiene que, lo habitual, era que media o una cucharadita fuera
suficiente para degustar el primer plato y que tanto el segundo como el postre,
quedaran intactos... Oigan... a veces ni llegaba de vuelta al Pabellón de
oficiales. El pobre "ordenanza", como se denominaban a los soldados
destinados a estos servicios, era materialmente asaltado en el trayecto por una
banda de bestias pardas que venían de dos horas de ejercicio pisciníl y a
quienes les duraba aquella "Prueba", menos que a un "Gran
Blanco", una triste gaviota...o pececillo... Eso, cuando no se oía por
parte de la mujer de determinado oficial canario, igual que ella, diciendo:
"¡Ordenansssaaaa, una cusssarillaaaa!", dándose "La Prueba"
por jo... concluida.
Y me acordé,
de repente, cual era, realmente el "himno del autobús". Que no era
"se van las montañeras, se van, se van...", que, cual Escolanía
Mariana, cantaban las chicas. No. ¿Qué extraño sortilegio hacía que. al ponerse
en marcha el ómnibus, todo los chicos, al unísono empezáramos con "La
cabra, la cabra, la p... de la cabra...", cual grito de guerra motilón?.
Misterio. Eso sí, respetando con un murmullo el momento "p...";
aunque siempre había algún espabilado que lo soltaba y, automáticamente
doscientas cabezas con sus respectivos cuatrocientos ojos se volvían hacia el
pobre despistado, asesinándole... También recuerdo, digo sueño, con una de las
múltiples excursiones al "polvorín", que Artillería tenía en una zona
frente por frente con Recajo; aunque en el otro margen de la carretera a
Zaragoza y metido entre lomas con sotobosque de encinas y pinos... Las
excursiones consistían en ir andando desde Logroño, llegar , comer y bajarnos a
"la base". Y comimos...y bebimos.... ¿cómo se puede acompañar un
bocata de tortilla de patatas con ginebra y Larios....Yo tenía sed, por lo
visto, y bebí....¡vaya si bebí!... No fui el único, de hecho hay documentos
gráficos de otros y otras amigas. Sentado y a la sombra de los pinos.... como
dice la popular sevillana, no se notaba , no; pero hubo que ponerse de pie. y
madre... ¡aquellos pinos se movían!, ¡no paraban quietos!. No recuerdo a quién,
bienintencionado, se le ocurrió la idea de atajar colina abajo y bajamos,
bueno, algunos más bien rodamos, toda la colina. Al margen de las magulladuras
y contusiones múltiples de las que no fui consciente hasta dos horas después,
más o menos, el resultado fue la pérdida de mi querida armónica de doble
cambio, para alegría de mis martirizados amigos y de unas "Ray
Ban" de espejo, a lo pijo, como era natural. ¡Qué cosas!. Como soy un
caballero español... no cuento otras "merluzas"; entre otras cosas,
porque esto...es sólo un sueño...
Tuvimos nuestros momentos "ilustrados".
Recuerdo aquél verano que, por iniciativa de Tino, en este caso se dice el
pecado y el pecador, nos dio por la mineralogía primero y allí nos tenía por la
vía del tren recogiendo muestras de minerales del lugar, las cuales no eran
oriundas, sino que se caían de las cargas transportadas en los vagones de los
mercancías. Pero "jarto" ya de piedrecitas, decidió
"evolucionar" hacia la arqueología. Decidimos, decidió, ir más allá;
pero en el más estricto sentido de la palabra, o sea, llegar a Agoncillo, unos
kilómetros "pallá palante", a investigar. Las investigaciones
tuvieron un éxito inmediato: encontramos trozos de vasijas y enseguida las
clasificamos; no había duda: ¡eran romanas!. Y lo dijimos en Recajo a nuestros
padres, mientras tomaban su "piscolabis" después de terminar sus
quehaceres mañaneros en el aeródromo. Había caras para todos los gustos. La
mayoría nos miraron como las vacas miran al tren... rumiando. Llegó Barreno y
una vez enterado del asunto, lanzó su lacónico veredicto.. Y decís... si...
final de pista... una vaguada... a la izquierda... "Son los restos de la
macetas con las que me entreno en mis prácticas de tiro". Aún me duelen en
los oídos las carcajadas; los pómulos más colorados que los que, alguna niña
del lugar, solía tener... y unas ganas locas de querer asesinar a alguien...
"pa los restos"...
Íbamos de
paseo, los tres impecables con nuestras gabardinas largas, a la moda
"Intocables" con nuestra "burberrys". La de J.R. de color
vede oscuro; no hacía mucho frío, aunque si niebla. Nos encontramos con Eliseo
Pérez López "Eli" y Javier Vargas (García de Madariaga). Eran unos
dos años mayores que nosotros y mucho más empollones, cosa que tampoco había
que serlo en exceso, salvo en el caso de J.R. Charlamos un buen rato y Javier,
si, si Javier, el serio, cabal, empollón, modelo para todos nuestros padres, de
repente nos dijo: ¡Oye, escuchad! ¿y por qué no en una de estas carboneras no
hacemos un club?... (?).... nos mirábamos... "sí, para oír
música""...pensábamos (la Traviata)...pero, efectivamente, era Javier
el que nos hablaba así.... "Incluso, podíamos poner unas luces de
colores"... las lucecitas estaban en nuestros cerebros, flipando... en
colores... "¿No os parece?... lo que nos parecía es que el modelo de
nuestros padres habíase decidido a probar un "porro"... Volvimos de
un sopapo al presente. Y era real... ahí estaba él como si tal cosa. Y Agustín
le seguía la marcha....el del eterno guante recogido en la otra mano
enfundada... A J.R., le fue el rollo desde el primer momento....Lo dejamos ahí,
faltaban tres días para las "vacas" de navidad. El veintisiete, más o
menos, estaba el tío pintando las paredes de la hasta entonces carbonera de
José Ricardo y, no contento con eso, su hermano Tino, empeñado en que se tenía
que llamar "El Cabrón Rojo", por decreto. Menos mal, que le
convencieron y al final quedó en un cartelito muy sutil que decía:"
Discoteque El C..... Rojo". Él, Javier, NO volvió a aparecer por el Putre,
y su hermano Agustín, cada vez retrasando sus visitas hasta que prefirió
quedarse en su carbonera pintando maquetas de aviones e intoxicándose con el
plomo de las pinturas....¡Señor...Señor!... Si no fue así, ¿por qué no pudo
haberlo sido?.
Presentado al Concurso XV concurso de Narraciones "Cuando yo era joven". Ayuntamiento de Leioa. (Vizcaya) 2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario