martes, 2 de septiembre de 2014

Principios juveniles



Cuántas cosas a lo largo de la vida, se presentan primorosas, en principio y, con el tiempo, en su ida, lo que antaño fuera rosas, hoy parecen tan sólo una espina.
En sentido lo más amplio lo prodigo, sin intento de achacarlo a algo concreto; más bien en general, no es petulancia, lo digo sin jactancia que otra opinión también yo la respeto, sea de quien sea, amigo.
Hay conceptos generales, mandamientos que dicen los cabales que no cambias, son eternos; escritos están en los cuadernos que heredamos entre tantos arsenales, desde tiempos ancestros, inmemoriales.
Juventud, divino momento, llena de ardorosa ingenuidad; aprovisionadora de un sabor avariento de emociones, sin lamento, con gran curiosidad.
El despertar a la vida, sintiendo sus emociones, trae consigo, encontrar a un amigo, trepar a unos balcones y vivir sin una brida.
Nos creemos poseedores de la verdad absoluta; discutir con padres, curas, profesores, es una razón muy bruta que nos llena de atenciones. Es la juvenil etapa de rebelión, de alzamiento ¡creedme, por Dios, no miento! no quiero daros la chapa.
Arremetemos lecciones, antes dadas con paciencia por nuestros progenitores, con absoluta demencia, pretendemos sin paciencia, hacer el mundo jirones.
Noble "brutez" ¡valga el cielo! intentar cambiar las cosas. después de tantas estrofas, escritas como un libelo a lo largo de la historia, sin más pena sin más gloria, por generaciones "fofas".
No atienden, luchan, escarban; no paran, quizá ofenden ¿será porque no desbarban?, apenas sus pelos penden en el mentón de la vida,  en la barbilla querida de panfletarias misivas, lo más probable paridas, por ideólogos de tasca.
¡Que no! ¡Que no! ¡Que no rasca! es la edad, son las hormonas que a todo cuerpo le atasca con sus maneras ladronas. Son pensamientos noveles ¡Qué sabrán esos viejales! ¡Ya veis, con esas edades!...derrocar sus fundamentos, es de personas cabales...
Más los jóvenes maduran, cayéndose de sus ojos, las vendas que no perduran pues están un poco flojos.
Consustancial al humano: cuando la barriga expande, es un dicho diluviano que mojarla, no demande, un esfuerzo sobrehumano.
Cuando las sienes platean con la suma de los años, los principios cacarean una revisión o apaño; que donde antes decía digo, queriendo decir Diego, pues debía estar muy ciego, ya que, ahora, me contradigo.
No hay forma de cambiar, lo que originariamente, los genes llevan en mente, como es... patalear.

Presentado a la X Edición del Certamen Literario "Villa de Montánchez". Excmo. Ayuntamiento de Montánchez. 2014. (Cáceres)

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