jueves, 7 de abril de 2016

Anadón, el limosnero


Y tuvo a bien arribar a este mundo
al natural momento, ese lógico
purgatorio terreno; amor profundo.

Habitual ensayo biológico
que factura a santos o demonios
en rifa o sorteo paradójico.

Despertó a la luz, libre de meconios
en típica familia numerosa
y en la España llena de testimonios.

Será Imperial; será también gloriosa
la fase de su vida adolescente;
será pastor de ovejas...¿será prosa?

Bulliría por calles que, oralmente,
trasmitieron sus fijas correrías
por su pueblo, en Loscos, con su gente.

La orfandad prematura  trae latrías
y luchas, por lograr algún sustento
que mitigue una pizca en noches frías.

Y el niño aquél, de pronto, con el viento
izó velas internas; luego externas
ansioso de aprender; casi avariento.

Y se fue del lugar , a veinte leguas
contadas deprisa, a vuela pluma,
quizás en asnos; no lo fuera en yeguas.

Y aprendió cuanto pudo y algo más
que los textos no guardaban escrito:
palmatoria de fe, sin vuelta a atrás.

Dominico fue el hábito suscrito;
mortaja de una vida dedicada
a dar limosna  al pobre y al proscrito.


Para la VIII Justa Poética en Honor del Venerable Anadón. Asociación Cultural Trassierra. Loscos. (Teruel)

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