Y la barca, a la deriva,
al "trán
trán", de la corriente,
se despide de la gente
sin,
siquiera, una misiva,
de aquella zona
de asueto
en la que, el abuelo y nieto,
chapuzaron más el agua
que, propiamente, remar;
se trataba de
jugar
en simpático dueto
y sudar como en la fragua
mojados hasta el calceto
y reunirse, aquella tarde
de canícula piadosa,
y hacer carabela airosa
de una tabla que no arde
por la gran funda acuosa
que la hace sentir cobarde
en una siesta estival;
y, lo que quiere el chaval
es jugar... a cualquier cosa.
Para el IV Certamen de Poesía “Sentimientos de Poeta”. Siempre Poesía. Editado en Antología.
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