viernes, 5 de diciembre de 2014

El último de la fila



Me apunté al cross. Correr entre vaguadas,  subiendo y bajando  la Rasa por los vericuetos de la sierra caliza, aportaba, por entonces, más a mi espíritu que el propio sacrificio que suponía, en sí misma, la carrera.
Todo parecía ponerse contra mí. Al frío natural de la época del año, se sumaba una impertinente llovizna que enlodaría el recorrido, haciéndolo mucho más duro.
Se dio la salida. Empecé, poco a poco, a acompasar respiración y ritmo de carrera en la que me encontrara lo más cómodo posible. Me pasaba todo el mundo. Un sotobosque emergía ante mis ojos, por donde fueron desapareciendo, engullidas por las ramas, las rápidas figuras que me precedían
Seguí corriendo. Un sonido gutural, se aproximaba a mi por mi espalda. No me atreví a volver la cabeza. Cada vez estaba más cerca. Empecé a notar  las vibraciones que trasmitía su poderoso correr.
No cabía duda; un animal de gran tamaño se acercaba hacía mi, velozmente.
Estaba pisándome los talones; en cualquier momento, me atacaría.
Me rebasó, con prontitud. Un enorme esqueleto de anchos huesos cubierto con un taparrabos, mascullando un: ¡Ugggg! Desapareció.

Me desperté en medio de la carrera. Era un circuito. Yo, seguía el último.


Presentado al V  Certamen Internacional de Microrrelatos Cross de Atapuerca, 2014. Instituto Provincial para el Deporte y Juventud Excma. Diputación Provincial de Burgos.

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