lunes, 12 de enero de 2015

Quince líneas



Me pedís que os relate , en quince líneas, una historia construida con las letras  y que el bombo que, a la vez, es mi cabeza, las de vueltas y revueltas, las derrame y ¡oh, sorpresa!, por el orden de salida van dispuestas, expresando con soltura la grandeza de escribir, por un hombre,  un texto que refleje un pensamiento y, además, ese texto esté bien hecho...
Sugerimos al cerebro una idea, tras pensarla con respeto y con cariño; o nos da, cual sopapo en las neuronas, cualquier idea de una musa peregrina. ¡Así sea!. Planteamos el esquema del escrito, intercambiando, con frecuencia, las palabras como puzzle de una mosaico bizantino.

Corregimos, desdecimos, , apuntamos, escribimos y borramos; maldecimos, sonreímos, ¡mascullamos!. Nos lanzamos a tumba abierta. Nos paramos. Y seguimos arrastrando el bolígrafo por el folio persiguiendo una quimera que nos dijo un anuncio;  de escribir un pensamiento en quince líneas; al estilo que le impuso Violante para hacer un soneto a don Lope. Y, contando, me doy cuenta  que al final completé mis quince líneas.



Para el Concurso Internacional de Cuento, Microrrelato y Poesía, 2014. Argentina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario