Todos los
días me trinas,
metido entre
la hojarasca,
mientras mi
mente se enfrasca,
en intentar
unas rimas.
Por las
mañanas gorjeas
dándome los
buenos días,
entra las
ramas sombrías,
donde lanzas
tus corcheas.
Fijas tus
ojitos vivos
en mi figura
vetusta
que a tí, ya
no te asusta,
pues no te
he dado motivos.
¡Quédate,
siempre en tu rama!
¡Sílbame tus
dulces notas!
que, el
corazón, abarrotas
y algún
verso me reclama.
Presentado al II Premio Literario Poesía Villa de Oliete, 2014. (Teruel).
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