martes, 15 de julio de 2014

Dieta



Comenzamos a sentir cuando nacemos
que el camino que nos queda por delante
deberíamos tomar con buen talante
si queremos llegar donde debemos.

Los primeros instantes absorbemos
la leche maternal tonificante
que engorda nuestro cuerpo incesante
siendo el único manjar que beberemos.

A medida que, en los meses, engordemos
nuestra dieta se hará más expectante
con papilla de frutas exultante
que será lo principal que comeremos.

Pronto cambia esta dieta y tragaremos
buena carne y pescado mordisqueante
por los dientes, aún pequeños de delante
y verduras que nos hacen, no hacemos.

Así vamos, a lo largo del sendero,
ampliando nuestro espectro manducante
con tiento o sin tino inquietante
por cuidar nuestra figura con esmero.

Los años se concentran en distraernos
con continuo despilfarro y, muy constante
la salud se resquebraja y en menguante,
por no seguir, del médico, el consejo.

Al final, como ángel, volveremos
a verduras y papillas aplastantes
pues, los dientes no serán ya como antes
y postizos, casi siempre, los tendremos.



Presentado al II Premio de Poesía "Andrés Mirón". Ayuntamiento de Guadalcanal (Sevilla)

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