martes, 17 de febrero de 2015

Aquellos Sobaos


Recuerdo aquellos "sobaos" pasiegos,  de mis años juveniles, untados en chocolate en un cafetín,  de  Vega de Pas. Me llevó allí, un par de veces mi tío Saturnino; habitual tomador de las "aguas sulfurosas", del Balneario de Alceda-Ontaneda. ¡Cuántos recuerdos! ¡Qué maravillosas sábanas! sobrenombre cariñoso que les puso mi padre ante la magnitud de sus dimensiones.
Hoy, muy divulgados por la geografía española, es posible catarlos en cualquier rincón de España; pero nunca sabrán igual a los que se puedan degustar en la tierra de origen. Puede ser un tópico; pero esa esponjosidad, al menos en mi caso, no la logro descubrir fuera de su entorno natural. Me tirará la "tierruca", que no es mía de nacimiento, pero que la tomo prestada por los veranos que he disfrutado de ella.
Hay más sobaos; no solo los de la Vega del Pas; recuerdo otros del mismo Alceda-Ontaneda, extraordinarios; yo diría que más de pastelería. El elegir unos u otros es cuestión de gustos e incluso de momentos del día.

He recordado el sobao; pero tengo en  la cabeza un buen número de otros productos que estarían cualificados, de sobra, para haber sido protagonistas del  relato de este modesto contador de cosas.


Presentado al Concurso “A qué sabe Cantabria”. Parlamento de Cantabria. Santander
 

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