miércoles, 11 de febrero de 2015

La gota


Subí hasta el quinto piso de aquella casa ancestral de cuento de terror; de anchos peldaños de madera que cedían, tras cada pisada mía; con un quejido ebrio de miedo y de advertencia sibilina hacia lo incierto.
Frente a la puerta, llamé, en aquél timbre de rueda que se anunciaba por todos los rincones de aquél mausoleo.
Oí pasos cansinos, meditados, contados con la intención de poner nervioso a quien se encuentra en el otro lado de la entrada. Cesaron. La Nada. Era como, si de pronto, nada estuviera ya allí; ni incluso yo. Me veía desde un ángulo cenital, extracorpóreo, inspeccionando la escena.
¡Click! Las escasas luminarias de las escalerillas, se apagaron al unísono. Tanteé la pared; di con la llave y no pasó nada. Se había ido la luz... o la habían cortado.
Un ligero roce, suave, provenía desde el vano de las escaleras; rozaba sutilmente, los peldaños. Avanzaba despacio. Firmes, yo aguantaba, más por miedo, mirando fijamente al ojo de buey, amplio, que se disponía frente a mí en mitad de aquella puerta.
El susurro resbaladizo paró tras de mí; casi notaba su contacto contra mi espalda. Una gota desde mi nuca resbaló y, lentamente mientras se deslizaba por mi cuello, erizaba cada pelo que rozaba en su continuo resbalar; con una clara vocación de maridaje con aquello que se encontraba detrás de mí.
Siguió y siguió bajando; hizo un quiebro a la goma de mis calzoncillos y penetró, como un cuchillo letal, resbalando y penetrando entre las carmes más innobles de mi cuerpo.
Era la primera, la avanzadilla... la siguieron muchas. Temblaba; el ser que se había deslizado como un fantasma por las escaleras, estaba tras de mí, presionándome con su mirada mi nuca.
¡Click! Volvió la luz; azorado, sudoroso y muerto de miedo, decidí darme la vuelta y enfrentarme a lo que allí estuviera.
Una voz angelical, de una preciosa niña de ojos verdes, que me miraban desorbitados, me espetó: ¡Qué miedo hemos pasado, señor!

No recuerdo nada más que el silencio posterior.


Presentado al II Certamen Walskium de Microrrelato de Terror y Fantástico.

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