martes, 17 de febrero de 2015

Llegaremos



El abuelo, pugnaba por subirse la cremallera de su bragueta a medio subir, con el temblor de los años y del rubor de la situación. Había bajado como pudo hasta aquél urinario público y era invisible para los pocos usuarios. Me acerqué; tiré de la cremallera hacia arriba y su mirada expresó con gran emotividad, sin necesidad de palabras, la más inmensa gratitud.



Presentado al I Concurso de Microrrelatos Solidarios Asociación ISEKIN. Editado por Diversidad Literaria en Antología "Microrrelatos solidarios ISEKIN".


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