miércoles, 11 de febrero de 2015

Sin escrúpulos


Había llegado el primero. Por la emisora había sabido la posible localización del mafioso criminal. Dos minutos le separaban de su habitación en aquél hotel. Entró por la escalera anti incendios. No le dio tiempo ni a defenderse. Le descerrajó dos tiros en pleno pecho con un arma no reglamentaria. Cayó de bruces.

Buscó,  en el armario. Al fondo un maletín tipo bolso, de cuero negro y un tanto tazado por los años, escondía lo que buscaba: Cincuenta mil dólares. Para un detective sin escrúpulos como él, le bastaba. Bajó las escaleras y desapareció.


Presentado al I Certamen de Microcuentos «99 Crímenes Cotidianos»
 

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