miércoles, 11 de febrero de 2015

Querido hijo


Ya hace tiempo que te marchaste para iniciar tus estudios en lo que es tu vocación desde pequeño; eres uno de los afortunados que has podido cumplir ese sueño; conseguir ser lo que quieres.
Me consta, nos consta a tu madre y a mí, los esfuerzos realizados durante estos años para superar los cursos, nada sencillos, que has tenido que realizar. No nos contabas la mitad de ellos para no preocuparnos; pero, tu Pilar, curiosa circunstancia, de vez en cuando no podía contenerse y desahogaba sus penas con nosotros.
Nada, por otra parte, que no imagináramos.
Ya has conseguido realizar parte de tu camino. Con tu salida de la Academia y las estrellas de teniente en la manga, es cuando, realmente comienza tu andadura profesional. El deber diario.
El uniforme, los cornetines...forman parte del atractivo juvenil que te enganchó. Ahora, el trabajo diario aunque pueda parecer monótono, es el que te forjará como hombre.
Sé, aunque a tu madre se lo he ocultado, que lo de tu destino, no ha sido obligado. Sé que tu compromiso con España, incluso, va mucho más allá de ese uniforme verde con el que has soñado desde niño, cuando te empeñaste, cabezonamente, que te comprara aquél guardia civil desfilando, de aquél quiosco y que tenía el fusil partido a la mitad. Siempre estará en la estantería del que ha sido tu dormitorio.
Aunque, evidentemente, algo puede sonar a "nuevo", en el contexto terrorista; algo ha cambiado, no por ello estás exento ¡bien lo sé! de cualquier percance en el desarrollo diario de tu profesión. A tu madre le resto importancia; pero soy consciente, como tú, que te puede llegar ese momento.
Pido a Dios no tenerlo que vivir; no soy una excepción; creo que cualquier padre pediría lo mismo. Sé que si tenemos que pasarlo, como dice la canción: "La muerte no es el final"... aunque el dolor se quedará para siempre con nosotros. Pero por muy duro que parezca...lo entenderíamos.
Hijo, estate preparado; cumple con tu obligación, y sé un hombre de bien, como tus padres hemos procurado enseñarte desde pequeño. Por cierto, me dice tu madre que no salgas sin el chaleco a la calle; ya sabes, cosas de mamá.
Un beso de nuestra parte, con la esperanza de verte pronto. Papá.


P.D.- Mamá no ha podido controlarse y está echando su lagrimita reglamentaria.



Presentado al I Certamen de Relatos Cortos “ Benemérita Guardia Civil “.

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