Toda las noches te miro,
requesón en loncha o lleno
y en la tiniebla, al sereno,
a hurtadillas me inspiro.
Según tu celeste giro,
en mi cabeza estreno,
soliloquios de relleno
que ascienden como un suspiro.
Al aire, moneda tiro
y su resultado ajeno;
quiero provocar un trueno
y plasmarlo en un papiro.
Mas es como un autogiro
y dependo del veneno
del que mi mente esté lleno
o del elixir que aspiro.
Para el I Concurso de Poesía
de Ojos Verdes Ediciones, Poemas en la Noche. Publicado en Antología.
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