martes, 15 de diciembre de 2015

Sorpresa



Me habían hablado bien de aquél paraje. Tenía fama de ser uno de los más bellos de La Montaña. A través del  valle que horada en la escarpada sierra el río Nansa, ascendí, emulando a los salmones, buscando ese rincón, en la falda de una gran loma y rodeado de los pastos más verdes que jamás hayan visto mis ojos.

Anduve recreando mis sentidos con sus casas solariegas desperdigadas aquí y allá y por otras, posteriores, de las llamadas de "indianos"; aquellos emigrantes en busca de fortuna a tierras de "las Américas".

Subí y bajé por su callejuelas empedradas grabando en la retina sus variopintos rincones de piedra, hiedra, musgo, helechos y geranios con los colores más inimaginables.


En un bar, sin más pretensión que la del aseo, decidí regar mi garganta. Pedí un brandy de Jerez ¡Sorpresa! La campiña, con un guiño y sonriendo, me dio las  gracias.



Para el IV Certamen de Micro-relatos, Cardenal Mendoza. Bodegas Sánchez Romate Hnos. Jerez. (Cádiz)

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