domingo, 20 de septiembre de 2015

Las tardes


Pasan las tardes lentas, cansinas; como si tuvieran la intención de jorobar  a uno la vida; como con mala leche. Te miran y te dicen que ya has comido; lo cual hoy en día, es tener suerte en muchos casos. Y ahora, que anochece tarde, tienes tiempo para poder aburrirte hasta la saciedad...
Y entonces tú que utilizas lo que buenamente puedes y sabes tus escasas células grises, dispones un plan; y éste no es otro que echarte la siesta ¡Una magnífica idea!, si no fuera porque basta que quieras una de esas que llamamos "de pijama y orinal", por aquello de "quemar" el mayor tiempo posible y te acuestas en la cama esperando ese punto de inflexión en el que, una vez traspasado, ya no existe nada más durante un tiempo moderadamente aceptable.
Y lo esperas, como de costumbre; y resulta que el azar, ese día  dispone de otro objetivo para ti; y no es otro que en ese momento, al destino, le importas un carajo y, simplemente, no acude a su cita.
Das una vuelta y esperas. Otra y otra más y sigues esperando con paciencia ése momento plácido de abandono total. Pero no llega. Simplemente, no ha querido acudir a su cita contigo. ¿Se habrá largado con otro?
¡Mala suerte! Una ducha te devuelve a una tarde perezosa que, sin una ocupación concreta, se hará eterna...
Atardece; lo cual es una buena nueva para quien su mayor ocupación es intentar planificar las largas horas de asueto de las que tiene al día...e intentar rellenarlas de actividad, con lo que sea...

La cena  marca un "impasse"... ¿Qué ocurrirá mañana a la hora de la siesta?


Para el XI Concurso Literario Bonaventuriano de Poesía y Cuento Corto, 2015. Universidad de San Buenaventura Calí y Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Escénica (CINOE). Calí. (Colombia)

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