De la rama de un árbol pendes, suspendida, vigorosa, cual
globo terráqueo prendido en un brazal del universo. Y es el tuyo. Que por la
sangre de la tierra que te alimenta navegan los estigmas de tus paisanos, conquistadores,
que conformaron y confirmaron la esfericidad del planeta; este Planeta Azul
enorme que te acoge, por mor de tu fama, en todos sus rincones.
Aunque hay uno: tu origen, en el que esplendorosa, salpicas
el verdor de las hojas que te esconden, paladines que intentan, vanamente, en
salvaguardarte, para siempre, en tu rama.
Aún recuerdan, la explosión cromática ocurrida unos meses
antes y que devino en parto múltiple; hijas de millones de fecundadas flores
que, ahora, esperan con impaciencia el momento de ser escogidas para ser
presentadas en el gran arco gastronómico mundial; proporcionando el pequeño y
delicado placer a quien tenga la suerte de llevarte a su boca.
Y aquí, parafraseando a un poeta, llegará "desde la
princesa altiva, a la que pesca en ruin barca..."; que no porque la boca
sea más o menos cortesana, la picota roja oscura menoscaba su hidalguía
conquistadora.
Para el V Concurso de Relatos
Cereza del Jerte. D.O.P.
“Cereza del Jerte”. Navaconcejo. (Cáceres).
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