Enmalladas en invierno
que con la primavera,
abiertas a eso que es la nueva era,
se atreven con gobierno,
a irse desprendiendo su decoro
y bajar tímidamente a una playa
planteando a la marea una raya
que limita el faldón, como un tesoro.
Y el frescor de esas aguas relajantes
que acarician pilares oscilantes,
invitan a la chica al olvido
subiendo el listón de ese vestido;
a la vez que se dispara el latido
de los viejos marineros, vacilantes
de enhebrar esas agujas tan punzantes
o chupar ese pitillo aún no encendido.
Para el Certamen de Poesía
Rafael Maya, 2015. certamendepoesiarafaelmaya.blosgpot.com. (Colombia).
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