Si al refugiado
político. Al perseguido a causa de un pensamiento leal, honesto, que
"luche" por una causa justa; por dignidad humana y una justicia
social; por terminar con sanguinarios tiranos, no importa su tendencia
política; ni la del perseguido ni la del perseguidor.
No al libre
albedrío; al todo vale. Para ayudar a los demás, entendiendo ese término por
los de extramuros de esta piel de toro, primero tendremos que tener la
seguridad de que ninguno de los de dentro pasa hambre; tiene empleo y no es
perseguido por sus ideas...si no son las de un sanguinario terrorista en nombre
de un dios, el que sea, o una segregación de un territorio que también es del
resto de los componentes de esta Nación, aunque moleste el término.
No son distintas
reglas de juego de las que se han fijado a lo largo de la Historia, con
mayúsculas; e, incluso, se nos han aplicado a nosotros mismos, no hace tantos
años, cuando tuvimos que salir a ganarnos el pan fuera de nuestras fronteras.
Por cierto, no nos regalaron nada... ni tan siquiera la "Seguridad
Social"; entre otras razones porque fuimos pioneros en ese modelo de
sanidad; que no se nos olvide.
Nos tiene que servir
para abrir la mano y tenderla, extendida, en señal de ayuda...al verdaderamente
necesitado.
Esto no quita ni un
ápice, a que los gobiernos, sigan atentos a la entrada masiva de
"emigrantes"; algo insostenible para nuestra maltrecha economía.
Hagámonos fuertes y
luego ayudemos sin desmayo.
Para el Segundo Concurso de
Micro-relatos: Migrantes: En busca de Pan,
Refugio y Libertad. Amnistía
Internacional. Madrid.
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