martes, 5 de enero de 2016

Modernos titiriteros


Noche de farándula en un pueblo mesetario aún; rozando, sin perder su origen, con las estribaciones de la presierra abulense.

Noche de un verano cálido que destempla su vigor para regocijo de oriundos y de foráneos; mientras pasean por las callejuelas del pequeño pueblo o se sientan en las  terrazas de los dos bares que, cual balconadas rústicas, se asoman a su coqueta plaza.

Es la Semana Cultural. Se anuncia, a bombo y platillo: "¡Esta noche, teatro!".

Casi nadie recuerda el nombre de la obra que se representa ¡No importa! El hecho es un acontecimiento que sirve de excusa para interrelacionarse aún más si cabe, sus gentes. Estas, cada vez menos por mor del tiempo, implacable, y de los tiempos, que marcan "otras prioridades" antes que la de visitar el pueblo de sus ancestros.

Las once. Silencio. Un telón imaginario se alza al cielo de la noche calladamente, ante la expectación general.

Un hilo conductor, comunica al espectador la trama y ambientación de la pieza teatral. Escena.

El sabor, algo nostálgico, me hace volver la vista hacia atrás en el tiempo y recordar algunos momentos de mi vida pasada.

Algo viejo, consustancial a la edad, también sopla con un susurro, mi memoria y se me asemejan, los actores, a aquellos otros, mucho más antiguos, que hacían entradas triunfales  en los pueblos desperdigados de la Meseta; subidos en las atalayas, disfrazadas de carromatos, sin posibilidad alguna de llegar a ser anaranjadas calabazas dispuestas a ser reconvertidas en hermosos carruajes.

La función sigue y, a cortos espacios, resuenan estallidos de risas y aplausos de un público enfervorecido al que lo que menos le importa, son las más o menos buenas maneras de esos cómicos, modernos titiriteros. El auditorio tiene asumido, desde el principio, que está allí para aplaudir.

La sonrisa agradecida del elenco teatral se dibuja en sus maquilladas caras. Es la satisfacción  por la generosidad del espectador.

¡Volverán, sin duda!



Para el 9º Concurso Literario de Cuentos y Poesías, El Leer no ocupa lugar, de Tala. Casa de la Cultura “Viejo Pancho”.  (Uruguay).

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