En mi vida, me he
topado con sujetos camuflados bajo diferentes aspectos. No es habitual que la
gente vaya dando la cara, so pena de que se la partan.
Y en esta vida, de
por sí ajetreada y que nos empeñamos concienzudamente en complicárnosla más,
hay personajes, ganado a pulso el nombre, que no tienen tiempo para nada. Te
los encuentras y, aunque amigos, no se pueden parar debido a la apretura de su
vida profesional sanitaria.
Quedar para tomar
unas cañas, es contemplar cómo las levaduras cerveceras adquieren vida propia
mientras esperas; eso sí una oportuna llamada al móvil no te revela que les ha
surgido una urgencia.
Las vacaciones para
ellos y cambiar a aires veraniegos es
irse a tomar la brisa marina del Sáhara y poner sus conocimientos
oftalmológicos al servicio de quien es ciego por falta de atención médica; no
por grandes enfermedades. Simplemente por la ausencia de cuidados que aquí
consideramos "normales" desde la infancia ¡Qué poco lo valoramos! Ya
tomaremos las cañas.
Para el I Concurso de Micro-relatos
Solidarios Iluminafrica. Heraldo de Aragón Editora S.L. Zaragoza.
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