lunes, 6 de abril de 2015

A veces, son cosas de uno


La estampa es la de esos primeros años en los que nuestros corazones, abiertos cual granada reventona, desparramaban sus sensaciones en todo cuanto hacíamos; vociferando, a quien se nos ponía por delante, de que ya éramos mayores.
Y surgía el día que entrecruzabas una mirada con la chica que hasta entonces, tan sólo la habías considerado eso, chica, en una sociedad de niños, que obviaba todo lo que no fuera un balón esférico; fundamental en una conversación para nosotros, de "hombres".
En ese intercambio de miradas, de sensaciones, se había producido un hecho insólito que te traería de coronilla una buen parte de los días siguientes, acababas de descubrir lo que las personas mayores, llamaban "amor platónico"; aunque para tu fuero interno, aquél era el amor de tu vida, por siempre jamás.

Lo que tú habías intuido,  una mirada llena de un calado arrebatador, en la mayoría de los casos, la criatura había correspondido a un gesto de cortesía; con la coquetería de la edad. No había quien te convenciera de lo que tú habías intuido de más en aquella mirada; mucho más de lo que la otra persona había dicho. Sólo la vergüenza por la que te hacían pasar tus amigos,  hacía que el tiempo, acabara por convencerte del error y, te predispusiera  a un nuevo cruce de miradas.

Presentado al Concurso de Microrrelatos Feria del Libro de Trujillo, 2015. Concejalía de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Trujillo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario