Quisiera yo creer que, por las noches, cuando Morfeo decide
que es hora de entornar mis párpados y caer en el estado en el que la vida te
hace el favor de vivir por ti, liberándote, generalmente, de las preocupaciones
que todo humano, por muy relajada vida que lleve, tiene, las dos diminutas
lamparillas que revolotean en mis sueños dándome esa luz que las tinieblas me
niegan, seáis vosotros hijos.
Habéis crecido; con una rapidez que no entiendo. Ayer, sí,
fue ayer cuando os recogía de unas manos enguantadas apenas cumplidos el primer
minuto de vuestra existencia ¿Quién me ha robado estos años?
Recuerdo nuestros juegos; he tenido la suerte, por la edad,
de haber podido participar en algunos juegos con vosotros; he podido haceros
descubrir, con modestia, la experiencia que era para vosotros descubrir la
naturaleza; he aprendido con vosotros, pues ser padre es una asignatura con
evaluación continuada, a comprender lo que realmente es esa figura.
Y ahora, en un instante, la vida me devuelve cada mañana dos
personas mayores, parece mentira, como si durante la noche lo que en mi sueños aparecen como un par de luciérnagas,
hubieran cumplido su diaria metamorfosis y os presentáis como magníficas
libélulas llenas de la vitalidad propia de vuestra edad.
No tengo miedo a esta realidad. Me gusta. Es ley de vida. En
mi corazón, no dejo de ser padre, sigo guardando la imagen que, cada noche, me
proporcionan mis sueños. Seguís siendo aquellas diminutas luciérnagas.
Papá.
Para el 15º Concurso Internacional Cartas de Amor. Escribanía Dollz. Centro Cultural Alternativo Escribanía Dollz. (Cuba).
No hay comentarios:
Publicar un comentario