viernes, 11 de marzo de 2016

Huír inútil



Corrí a ciegas horadando las tinieblas de la noche con el único afán de escabullirme de aquella sombra que me acosaba sin desmayo. Me daba la sensación que cada vez se hacía más pequeño el camino que nos separaba.

Unos instantes antes, acaba de presenciar unas masacre. Y me habían pillado observando la escena. En un santiamén  una de aquellas figuras salió en mi persecución. No podían consentir que viviera algún testigo de lo acontecido.

La fatiga, ya insoportable, me hizo abandonarme a mi suerte y volverme hacia mi perseguidor; no con el ánimo de enfrentarme a él, sino aceptando un destino fatal. La sombra debía estar envuelta en la oscuridad de la noche absoluta, presta a asestar su golpe de gracia. La oscuridad era completa. Esperé, tenso, mi final.

La luna, por un instante, salió de su escondrijo algodonoso y proyectó su haz plateado sobre mi entorno. La sombra no estaba allí o, al menos, no se la divisaba. Hice un ligero movimiento mientras forzaba a mis ojos intentando percibir en la velada oscuridad de la noche. Entonces, un movimiento acompasado al mío surgió de entre mis piernas intentando placarme; di un salto y seguí corriendo...aquella sombra no me cogería.


Para el Concurso de Micro-relatos de Terror. Librerío de la Plata. Sabadell. (Barcelona)

No hay comentarios:

Publicar un comentario