Caes en la cama,
rendido;
en invierno,
como un ovillo, enroscado,
en estío, abierto, como cuerpo
desmayado
buscando huir del averno,
cocido
por esa llama.
Y, sosegado,
con calma,
relajado en ese lecho,
despliegas tu fantasía,
guardería
en barbecho,
que abre tu alma,
de día, quizás, enjaulado.
Y elaboras una historia,
premeditada o espontánea,
que se hilvana
con delicados pespuntes
que son apuntes
de un guión que mana
de una fuerza subterránea
que nos sabe a gloria.
Y así vencemos, día a día,
al caos de este mundo
creado por nuestra mente,
la "oficial", la que
progresa
de una manera aviesa,
complicando, enormemente,
el lugar más fecundo
de esta cosmografía.
Para el I Concurso Literario
de Formato Libre "Sueños" de Ojos Verdes Ediciones.
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