Dicen los expertos que lo de soñar sirve de terapia. Si no lo
es, debería de serlo. Desde mi ignorancia, creo que es esa espita que nos
permite, de una manera generalmente plácida,
atemperar nuestras presiones internas.
Y yo sueño; bueno cuando no tomo la pastillita prescrita,
naturalmente. Y anoche tuve un sueño. Uno casi infantil; de los de caballeros
andantes redimiendo princesas y luchando contra facinerosos y asaltadores de
caminos por esas tierras de una España mediatizada por ricos muy ricos y
pobres, cada vez más pobres.
Por esas campiñas en las que los molinos se veían convertidos
en gigantes devoradores, sobre todo, de la Moral.
Y cual Quijote novelesco cuyos años nos equiparan, salir con
la adarga antigua y una bacía a modo de yelmo protector. Grotesco, pero muy
español.
Y al salir de mi hacienda a lomos de un corcel que había
perdido esa condición muchos años antes, me di cuenta que los molinos eran
rascacielos venidos a menos por la caída del ladrillo; que los "vizcaínos"
de hoy, llevaban trajes de ejecutivo y los "licenciados" se procuran
un sillón en el Congreso y Senado, los más avispados o en cualquiera de las
innecesarias autonomías; y así procurarse un "retiro" saludable...
En el que el Maese Nicolás de turno, recordemos que las
antiguas barberías eran el centro por excelencia del trasiego de noticias,
comentarios y, sobre todo, cotilleos, hoy les hemos oficializado a través de
pomposas gacetas que, en muchos casos, enarbolan sin pudicia el sobrenombre de "independientes";
cuando todos sabemos que sirven al emporio económico que les da de comer.
Y esos sueños placenteros, donde el bien triunfa siempre
sobre el mal, se convierten en pesadillas de ojos abiertos al alba y traspaso
el zaguán de mi vivienda.
Y el caballero andante, trastocado por corbatas carísimas y
predicadores cuyo mitin proletario y panfletario sabe a rancio y viejo,
descubre que el sitio en el que vive, España quizás, zozobra sin rumbo fijo y
con un timón vacío sin nadie que le gobierne...
A pesar de todo, por las noches...sigo soñando convencido de
que habrá, algún día, un hermoso amanecer...
Para el I Concurso Literario
de Formato Libre "Sueños" de Ojos Verdes Ediciones.
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