El mar
verde está en calma;
una brisa
perezosa
al ritmo
de esta glosa
apacigua
el alma.
Desde el
otero
contemplas el oleaje
que
blande, a modo de paje,
un Eolo
zalamero.
Y vuestras
ápices,
acompasados
al viento,
pintados
como en un cuento,
por
tintados lápices.
Así es el
mar interior
de nuestra
tierra arrugada,
vieja,
ancestral, quizá ajada...
salpicada
de color.
Para el VII Concurso
Internacional de Relato Corto y Poesía, Caños Dorados. Asociación Cultural Los Caños Dorados. Fernán Núñez. (Córdoba).
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