Oscilarán
las rojas amapolas
al socaire
del viento pegajoso
de un
tímido verano caluroso
que, en la
distancia, se asemejan olas.
Contagiarán
, cual virus, los trigales
con sus
danzas rituales y atrevidas
en
delicadas idas y venidas
de oro y grana;
crearán juegos florales.
Se unirán
variopintas margaritas
humildes,
reservadas, pigmentadas
con capas
vaticanas cepilladas;
por el
flujo del Poniente, te agitas.
Y un gran
manto de color cubre el verde
que matiza
el fondo del retrato
de ese
hermoso lugar, lindo y barato
en el que
nuestra vista va... y se pierde.
El
guisante silvestre y la gatuña,
el cardo
borriquero, nazareno,
el diente
de león, o musgo o heno,
el
marchamo de Edén, así lo acuña.
Da lo
mismo que fríos invernales,
carden tu
hirsuta piel desprotegida,
volverá,
con el vuelo de la vida,
a
encalarse con colores sensuales.
Para el IV Concurso Literario,
José María Moya. Biblioteca
Pública Municipal José María Moya. Alcolea. (Almería)
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