Una sola
nube en el firmamento
extraída,
parece, de algún cuento.
A un
dragón mitológico se iguala;
una
iguana, otro personaje avala,
mientras
ella, la nube, se acicala
y toma el
sol como una colegiala.
Un pañuelo
azul y plata, estandarte
del Señor
que defiende ese baluarte.
Mimo
callado, danzarín al viento
cuyo baile
discreto circunvala
la más
sutil exquisitez del arte.
Para el XXII Certamen
Literario, Villa de Ermua. (Vizcaya).
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