domingo, 7 de agosto de 2016

Génesis


La vida es la mejor escuela, no cabe duda. Parece que, nosotros mismos, nos empecinamos en querernos demostrar que la experiencia no sirve de nada; y así nos va.

El mundo de la información nos ha traído hace unos días una noticia que puesta en los labios de quién la dio, nos hizo prestarla más atención de la que se le daría dentro de la vorágine diaria que fluye de las diferentes agencias vomitando, sin cesar, ingentes cantidades de primicias, bombazos y un buen porcentaje de "suflés", bien hinchaditos y aderezados para que ese tiempo que se dedica a verlos o leerlos, es espacio que se detrae de las noticias realmente importantes.

Y es un vídeo; de un señor cuya madre, corrió el riesgo de que al llevar a término su embarazo, la criatura pudiera nacer con alguna tara física.

Y decidió, por encima de todo, traer a su hijo al mundo. Consciente, totalmente, de su acto.

Y nació aquél bebé; y la madre fue feliz de tenerle entre sus brazos y acunarlo todas las noches.

Años después, un día de mayo, aquél niño se sentaba ante un piano y contaba esta historia emocionado, poniendo en sus labios la ternura que le habían sabido transmitir.

Lo hizo a su estilo, versificándolo, entremezclando su historia a ratos contada, a ratos canturreada con exquisito cuidado ¿Sería mi imaginación o atisbaban pequeñas perlas transparentes, mientras narraba esta historia, desde aquellos ojos que ven más que muchos dotados con la facultad para lo que fueron creados?


Prescindiendo de que, por encima de todo, hablamos de una persona como dicen los eruditos de ahora humana, como si las hubiera de otra tipo ¿podemos imaginar otra decisión de esa madre? ¿nos habría impedido escuchar su extraordinaria voz?. Naturalmente, Bocelli.


Para el VIII Concurso de Relatos Escritos por Personas Mayores RNE- Fundación Bancaria La Caixa.

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