Apretujado en lugar , un tanto expuesto,
de la talanquera, Alejo, "Habanero" para su cuadrilla, chupeteaba
nervioso el pitillo que no debía fumar, pero que su familia aquellos amaneceres
se lo permitía, comprendiendo que sus ochenta años ganaban, pero por poco, a
las ganas que Alejo tenía de tirarse al recorrido delante de los astados.
El primer cigarrillo pasó a la
historia en un santiamén y, con la maestría no perdida en los últimos años de
no hacerlo, rápidamente lo sustituyó por otro entre sus labios.
El tropel del comienzo de la carrera
se acercaba a la velocidad vertiginosa que solamente sabe que existe quien,
durante décadas, ha estado comandando ese ejército a la carrera y aparentemente
anárquico.
Descubre entre los más cercanos a los
bravos herbívoros a su nieto, corriendo perfectamente, tal y cómo, durante
años, él le había enseñado.
Para el XIII Concurso de Micro-relatos del Encierro de
Sanse. A.C. El
Encierro. San Sebastián de los Reyes. (Madrid).
No hay comentarios:
Publicar un comentario