Aleteaba, sin sentido aparente, el
lepidóptero, entre los cañaverales de un diminuto curso de agua con
pretensiones de regato, exhibiendo los dibujos que, sobre su casaca multicolor,
asemejaban la más fina escritura china de finos y elegantes trazos.
La mañana, de una radiante y ya
calurosa primavera, se prestaba a la actividad principal del bello insecto.
Buscar entre el entramado carrizal, el lugar idóneo para depositar la ingente
carga que , desde su abdomen, tiraba de ella , como si de un imán se tratara;
teniendo que hacer un ímprobo esfuerzo para conseguir esbozar su característico
zigzagueo por el "cielo" del microscópico torrente.
El sol hacía platear su indumentaria
de manera provocativa; asemejándola a un farolillo navideño al ritmo un
semáforo.
La atractiva mariposa, mientras volaba
ensimismada en su quehacer primordial buscando ese emplazamiento adecuado,
pensaba en el poco tiempo que disponía para tal efecto; ya que era consciente
de la brevedad de su existencia.
Describió un amplio arco en su vuelo
anárquico y se tiró , más o menos, en picado al descubrir lo que ella pensó que
sería el rincón ideal para depositar a sus descendientes.
Algo parecido a un "¡slap!"
intuyó oír. No recordó nada más.
La rechoncha rana, un buen rato después,
seguía relamiéndose de gusto, por el manjar que había logrado llevarse a la
boca aquella mañana de una ya calurosa primavera.
Para el V Concurso de Relato
Hiperbreve, El Sauzal 2016. Ilustre
Ayuntamiento de El Sauzal. (Santa Cruz de Tenerife).
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