sábado, 8 de noviembre de 2014

Casi un soneto



Daban las diez en el reloj de la iglesia,
sentado en la terraza de la plaza,
mi humeante café, aún en su taza,
transportábame al mundo de la amnesia.

Los acorde musicales veraniegos
de la banda que tocaba en el templete,
la suave brisa extendía como un cohete
removiendo al compás todos los cuerpos.

Los muchachos y muchachas sonreían
y cambiaban de pareja a menudo,
con sus padres haciendo de vigías.

Y , si alguno, se pasaba haciendo el cafre
con algunas de las mozas de aquél baile
se encontraba con los ojos del gendarme.



Presentado al 8ª EDICIÓN.LA PLUMA DEL GUIRRE, 2014.  Telde (Las Palmas de Gran Canaria).

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