¿Qué culpa
tiene el tomate? de que un señor que está en el limbo, juegue con Europa al
bingo, quitando a un pueblo entero catar tan rojo manjar; que allí no nacen,
seguro, si no es en invernadero.
Hay que
estar un poco orate, para privar a su gente de fruta poco exigente y que gusta
al paladar.
Se pregunta
uno si usa, en minúscula lo escribo, si cuando allí tienen "gusa"
comerán ensaladilla, la que aquí llamamos rusa o picarán un ladrillo.
¡Qué
diatribo! ¡Qué diatribo! permítanme tal licencia, para armarme de paciencia,
que es para escribir un libro con las posturas que toman mandatarios muy
sesudos, de al menos de algunos dudo, pues me ponen corajudo.
Quisiera ser
un notario que les tomara palabra ¡que mira que hacen la cabra! cuando, a modo
de cabreo, se cuelgan un camafeo que huele a guardería y parece ñoñería pero
joroban al mundo, sin comer pipas Facundo, pues creen hallarse ungidos, por los
dioses bendecidos y hacen el vagabundo en vez de arrimar el hombro y trabajar
más unidos.
Volvamos a
lo del tomate, natural de donde sea, aunque a uno tire su tierra y a mí nada se
me empaña, al decir sin titubeo que lo mejor es de España, lo mejor del mundo
entero.
Y así, desde
la Conchinchina, toman decisiones vanas, gente sin apenas canas, pues parecen
ir teñidas y algunos que son badanas y
afectan a los tomates que, cual naranjas de la China, nacen cual canela fina, en matas
grandes, que rima, a base de doblar la espina algún hortelano hispano que ajeno
al mundo político trabaja sin abanico de sol a sol con su mano recolectando
tomate que crece a fuerza de guano, para que una cabeza loca te diga que
"hoy eso no es lo que toca" y parece que remate la coplilla y se
retrate de melón o meloncete que depende del retrete que haya usado ese día mientras
aquí, todavía preguntamos: ¡Oye, cuate! ¿Qué culpa tiene el tomate?.
Presentado al XXII Concurso de Prosa, 2014 Excmo. Ayuntamiento de Los Molinos. (Madrid)
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