Palabra muy misteriosa,
yo diría que engorrosa,
unipersonal, sin duda,
según la propia fortuna
de ésta o aquella persona.
Primordial vocablo, seña
de una libertad que empeña
la propia vida humana;
la coloquial, la mundana,
aquella que nos diseña.
Todas las Cartas Sublimes,
te invitan a que animes
a tu ego, queriendo
decidir, diciendo,
que tú ni gritas ni gimes.
Más, tú sabes la certeza,
la tienes en la cabeza:
que, decidir, es exponerte,
como un simple cuerpo inerte,
a una extraña pureza.
Decidir, tomar partido,
lo mejor siempre ha sido;
pero has de saber, hermano,
quién te quitará la mano
por "haberte" confundido.
No temas, eres valiente;
piensa que, al menos, tu gente
seguirá siempre a tu lado,
como un velero anclado
en el puerto de tu mente.
Los demás...¡qué nos importan!
si lo piensas, nos aportan
en muchos casos "simpleces"
que huelen, incluso a heces
que el respirar entrecortan.
Presentado al V
Certamen Internacional de Poesía Yolanda Sáenz de Tejada. Excmo. Ayuntamiento de El
Bonillo (Albacete)
No hay comentarios:
Publicar un comentario