Te vas, noviembre,
nos dejas
encorsetado, entre rejas,
tu otoño, rojizo y ocre
pastel de frutas mediocre
en tu caminar tranquilo,
lento, pidiendo asilo
al invierno de diciembre.
Revolotearán tus hojas
desprendiéndose enfadadas
de su rama umbilical
al manar el vendaval
que sopla entre las baldadas
frondas de aquél tilo,
el del acerado filo
rogándole al Cielo, acojas.
Nos dejas, cobarde;
¡vuelve!,
y resuelve,
no des un ciclo lunar
pues deberías paliar,
si la vida se va en un vilo,
alargar éste o ése hilo
y hacerlo con gran alarde.
Muestra tu magnificencia
heredada o adquirida,
no nos hurgues en la herida
casi ya cicatrizada
de tantísima Cruzada
con más o menos estilo,
que por la vida desfilo,
aunque me ayude la Ciencia.
Presentado al Certamen de Poesía"Un sólo Poema". Cruda Realidad (Comunidad Creativa para la Difusión Cultural).
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