miércoles, 24 de junio de 2015

Cuestión de respirar


Y es que el aparatito es conocido. Es un respirador que insufla aire a las personas que, por algún motivo, y  estando vivos, necesitan ayuda, de forma muda, a que el aire penetre sin soniquete por donde debe.
Y ahí está la Ciencia, con su paciencia; la de los muchachotes con nuevos brotes, de investigar. Son savia nueva que al cielo eleva, aspiraciones , sus ilusiones y con estudios y muchas pruebas, con electrones y mediciones, hacen que el aparatito que se le pone al impaciente que es un paciente, mediante estudios, no sea toda la noche, a troche y moche, ¡cuánto derroche!; sino que se sea un rato o un ratito y en su casita, cómodamente, en su camita, donde el pobre paciente, nada indolente, reciba el aire de la montaña, o brisa marina, ¡qué fino hila!, el de la bata blanca que se apaña con un cuartito, o sala grande, laboratorio o auditorio, en el que hacer sus prácticas con gran tesón, logrando, poco a poco con sus estudios, no sólo mejorar las condiciones, que son razones, de un pobre hombre; sino que a la vez, mejora el rendimiento, y esto es un portento en cuanto al peculio y más si es de todos como es lo público.
Conviene pues, por tanto, medir con mucho tiento, no sólo el "alimento" de la persona que necesita ese "aroma" que le mete en el cuerpo toda esa goma; sino que hay otra parte, con su importancia, y es que no sea caro, si es posible, la circunstancia; y así, estudian modos,  como sabelotodo, esos científicos casi siempre proscritos, por unas leyes casi siempre dictadas para ser recortadas en caso de desdichas inversionistas; y, como siempre, la pagan los de abajo, en este caso lo más posible es que sean pensionistas y los colegas que investigan el aparato y que están fritos por el delito de que les gusta el microscopio, lo toman como suyo, lo hacen propio, e investigan que además de ser bueno para el paciente, salga lo más barata, la maquinita, a todo el Ente.
Pues no está nada mal, que la gente cabal, arrime el hombro de esta manera, pero me asombro de la manera artera que se utilizan estos estudios cuando la fiebre austera recorre el claustro universitario y recortan gastos en algo primordial, pero que luce poco de cara al mandatario ministerial. Y engordan más el paro con personas baratas en su jornal sin mirar adelante, el muy tunante, como si no le importara más que su paso por ese mundo politiquero, sin dejar asentadas unas bases en las que la investigación sea el entronque más importante de esta nación.

A pesar de esta gente, nuestros expertos, consiguen ser maestros y...por no estar despiertos los gobernantes, emigran a otros páramos donde hay vacantes.


Para el Concurso Inspiraciencia. Barcelona.

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