sábado, 20 de junio de 2015

Algo más que las tinieblas


Nuestros tatarabuelos, contemporáneos de los grandes osos cavernarios, sabían por su memoria traspasada oralmente durante generaciones, que sus actividades "laborales" tenían que estar delimitadas al tramo de luz que, según la estación reinante, les correspondiera. Mi "tú" del tema es mi "nosotros", como género humano.
Una casualidad; una piedra que roza con otra y salta una chispa; un rayo...no importa el suceso, cambió nada más ni nada menos que la Historia; con mayúscula.
Y de tal forma que por el uso del fuego... se llegó a alargar el período de luz; al amparo de él, la vida en las cavernas se alargó; en las marchas de aprovisionamiento, se pudo acampar al raso en la noche, pues disuadía a las fieras de acercarse a los campamentos.
Y se consolidó, mucho más, la interrelación en el propio Clan; las historias antes sujetas a unos horarios con luz natural, ahora adquirían el suspense de las figuras fantasmagóricas  reflejadas, con mucho dramatismo por los actores, en las paredes de las grutas, por llamas crepitantes, moviendo a su antojo, la siluetas de los narradores de historias. Sin darse cuenta, acababan de crear un efecto especial mucho más allá de los que siglos después el singular Spielberg lograría en sus inigualables películas.
Un salto de gigante, el primero, se había dado. Un gran salto de calidad en el progreso de la Humanidad.
Después, durante siglos, las generaciones se dedicaron a mejorar la calidad de esa luz marcada por el fuego; y confeccionaron miles de artilugios, algunos han quedado como "Vintage" ante una sociedad que vuelve, en cierta medida , la cara a lo antiguo, sabiendo que en la mano, tienen aferrada la tecnología actual; es como jugar con cartas marcadas.
Y se hizo la luz. La eléctrica. La que revolucionó, para siempre,...relativo en términos científicos, la vida de toda una sociedad, hasta la de nuestros días. No entenderíamos, una vez conocida, una vida sin luz. Me atrevo a decir, que no podríamos, ni tan siquiera, sobrevivir a esa "nueva" vida...

¿Cuántas vidas dependen de la luz de un quirófano?...¿De tantas máquinas?... ¿Podríamos pasar sin ordenadores, tablet, móviles...etc.? ¿Sabríamos volver a leer un libro, al amparo de un cabo de vela?.


Para el IV Concurso de Relato Breve "La Ciencia y Tú". El Norte de Castilla Digital y el Museo de la Ciencia de Valladolid. 

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