Europa tiene un reto
penoso, ancho, profundo,
y es no convertirse en gueto
de almas de Tercer Mundo.
Es un problema muy serio
de difícil solución,
con un desliz muy simplón
te lanzan un improperio.
No es un dilema racista
en su cómputo global
es, ser aún más cabal,
ante un problema a la vista.
Nos super poblamos mucho
sin crear antes los cauces
para que unas nuevas fauces
se coman nuestro calducho.
Hay que contraer fronteras
no contra el propio inmigrante
a destajo, de manera apabullante,
pero sí poner barreras.
Solucionar nuestro paro,
el común a toda Europa,
y cuando comamos ya sopa,
les demos al fin amparo.
Y así, en un porvenir,
Dios quiera no muy lejano
poderle tender la mano
al que venga a construir.
Para el XXIV Certamen Literario de Prosa y Poesía Sant Jordi, 2015. Biblioteca Can Mulà. Mollet del Vallés. (Barcelona).
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