Es simple, en su concepto primigenio; aquél cuyo autor
manifiesta una reflexión sobre algún acontecimiento actual con el fin de "formar" la
opinión de los lectores.
Y en ese "formar", radica, bajo mi punto de vista,
la corrupción del propio artículo. Las aulas forman. Las escuelas, colegios, formaciones
profesionales, universidades....y cualquier centro académico, siempre habrá
excepciones, forman.
Escribir, dictando dogmas, sobre todo en el terreno
periodístico, cuya propia existencia es para informar llana y escuetamente del
hecho sucedido; sin dar opiniones que no
se atengan a las de la propia investigación que , por otra parte, todo trabajo
debería de conllevar, es "crear opinión"; y esto, aunque
objetivamente no se pretenda, lleva adosado cierto tufillo de manipulación;
innata al propio sujeto que da la información, inevitablemente, desde su plano
de ver las cosas y, por muy imparcial que se quiera ser, el bagaje cultural, de
cuna, de enseñanzas mamadas, incluso en las propias aulas, se encuentra, de
antemano, un tanto prostituido.
Esto nos lleva a un pozo sin fondo. "Tenemos" que
creer lo que cada periódico o medio de
comunicación, nos quiera contar; aunque sólo sea porque no nos podemos pasar el
día cotejando miles de artículos para extraer, en el mejor de los casos, una
información más objetiva.
Resulta imposible, no ya sólo por los días en los que
vivimos; sino por una pura falta física de tiempo material para leer todo.
Además, no nos olvidemos, que nos movemos en un mundo regido
por grandes empresas "Editoriales", con unos intrincados hilos, de
todo tipo, que las mueven como marionetas de un guiñol del que, querámoslo o
no, todos en alguna medida, formamos parte..
Con lo que se añade un poco más de "información
interesada", al contexto explícito del tema de análisis.
Y, en muy pocos casos se puede salir uno, del pueblo llano,
de esa espiral gordiana con su nudo que no deja de apretar, sobre todo, para
que no pienses... por si acaso...
Sé que he caído en el error contra el que me quería
pronunciar; es un hecho irrefutable, que siempre que se intenta demostrar algo,
por el propio debate, se termina de caer en las redes, contra las que querías
combatir.
A mi favor juega, el que al dar mi opinión, estoy jugando a
ser periodista; de los de opinión. No de los que cuentan la noticia tal cual;
si no de los que se explayan con deformaciones que dejan caer, por si cuelan,
de parte de qué postura haya tomado ante el hecho, la otra cadena o aquél periódico
de otro grupo de...presión.
No aspiro, ni mucho menos, a eso; aunque , es posible que, a
pequeña escala, haya cometido el mismo error. La diferencia estriba, que este
modesto artículo, lo leerá poca gente y, si hago daño a alguien, al que pido perdón,
no es a una gran masa que, diariamente, se la dirige desde los grandes
"centros de poder".
Para el III Certamen Literario Enrique Segovia Rocaberti. Asociación
de Amigos de la Biblioteca y del Archivo Histórico de Chinchón (ABACH). (Madrid).
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