Vagabundeaba; no era consciente de por dónde caminaba,
ensimismado en los problemas económicos que debía de afrontar.
La cabeza, da un respiro al organismo ante la angustia;
afloja el nudo para que, aunque te acabes ahogando, lo hagas con serenidad.
A su deambular físico sin rumbo, se le unieron las ganas que
tenía su imaginación por liberarse, ella también, del nudo agobiante y opresor.
Y divagó, al pasar cerca de una administración de lotería y
pensar qué haría si le tocaba alguna cantidad de dinero. Soñó.
Leyó un cartel de un gran edificio: "Elevamos
sueños". Y subió al ascensor.
Para el I Premio dee MIcrorrelato IASA Ascensores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario