martes, 5 de mayo de 2015

Escucha, amigo


Joven lector, si por una suerte dada por la Diosa Fortuna, no merecida por mi parte, cayeran estas letras en tus manos, espero que aunque quizás a estas alturas de tu vida, pudieran sonarte a monserga paterna o rollo de profesor anticuado, sepas conservarlas, me conformo con la moraleja, en tu cabeza; que, créeme, crecerá no sólo en tamaño, sino en conocimientos y es ahí donde es preciso albergar unos principios básicos, e irlos extrayendo a medida que tu cuerpo crece y esos conocimientos también.
Aquí, en la vida, no hay tantos "Redentores de la Humanidad", si se me permite el título, como los que dicen serlo o aparentarlo. Hay muchos más. Cada uno de nosotros. Lo somos porque hacemos nuestros los principios básicos recogidos a través de las vivencias de nuestros antepasados durante generaciones. Y esos son los que verdaderamente nos hacen hombres; en el sentido más humilde de la palabra que resulta ser el más grande.
Tienes en tus manos, no en estas modestas palabras, sino en tu quehacer en la vida, la posibilidad de retirar del mundo de la utopía palabras que definen hechos como las guerras; y no te olvides que un sabio, cuyo nombre no viene al caso, dijo que "la guerras son muy atractivas para los que no han tenido que sufrirlas". Sé vecino de tu vecino, tenga el color que tenga su piel o su religión y si vas y pasas cerca de una papelera, por mísera que sea, utilízala, porque es el primer paso para conservar la naturaleza.
No intentes hacer grandes cosas. Sé modesto. La modestia es la mayor grandeza y es la que nos permite, con nuestros insignificantes actos, llevar una vida mejor; en armonía con nuestro entorno; por muy poco que sea el que habitualmente nos rodea; pero hay que luchar desde la perseverancia; desde los principios.

Sigo siendo un colegial, a pesar de mis años. Lo bonito de la vida es que a lo largo de toda ella, se sigue aprendiendo. No dejes de serlo tú; aunque el listón del que partes, está mucho más alto del de mi generación...pero eso no sólo es nuestro mérito, sino, repito, de los conocimientos que, a través de los tiempos, se han ido incrustando, pasito a pasito, en nuestros genes... Da tú ese paso más de calidad. 


Para el XIII Concurso de Cuentos Infantiles sin Fronteras Otxarkoaga. Bilbao.

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